Semanas después.

La vida de Leonardo y de Elena era exitosa, Leonardo se había concentrado en hacer que su hija lo perdonará y lo tratara como a un padre, Leonardo sacó de su tiempo para compartir con ellos hasta llegar el punto de poder ganarse su cariño.

Anna al ver las verdaderas intenciones de Leonardo bajó la guardia y correspondió como hija, entendió que él solo buscaba protegerla y darle todo lo que ella quisiera.

Anna a su lado se sentía a salvo; finalmente había logrado entender de que se trataba ser querida por un padre, Leonardo daba lo mejor de sí para hacer que sus hijos se sintieran bien con su compañía.

Aquella mañana una llamada al teléfono de Leonardo hizo que todo fuera diferente, mientras que su familia tomaba el desayuno, Leonardo se encontraba reunido con Luca en el estudio.

Mientras que Leonardo caminaba en círculos, su hombre de confianza permanecía estático.

—Señor ya lo verifiqué y no hay duda de ello, la información proviene de diferentes informantes, todo