El tiempo pasó, la espera se convirtió en angustia, Leonardo estaba impaciente, necesitaba acabar con aquella tortura lo más antes posible, en ocasiones sentía deseos de ir en su búsqueda de Matteo, pero luego se detenía cuando la razón tomaba el control.
Leonardo sabía que si llegaba a abandonar a su familia sería el peor error, error que no pasaría por alto Matteo y terminaría acabando con todo.
Leonardo estaba sentado en medio de la sala, en su mano sostenía un vaso con licor, en las noches dormía muy poco tiempo, hacía rondas cerciorándose de que todo estuviera bien.
Elena se acercó y tomó asiento junto a él, le brindó un cálido abrazo haciéndole sentir que no estaba solo.
—Estoy cansado de esperar, pero también soy consciente que si salgo a buscar a Matteo podría estar cometiendo el peor error, no sé que decisión tomar.
—Los avistamientos de Matteo son cada vez más frecuentes, ya destruyó todos tus negocios, él esperaba que fueras tras de él, pero como no lo consiguió seguimos