Sin salida
El pasillo oscuro de la galería en Shoreditch era un túnel de sombras, apenas iluminado por el tenue resplandor de una lámpara industrial colgada en la pared, que parpadeaba como si conspirara con la tensión que crepitaba entre ellos. El aire olía a pintura fresca y madera vieja, mezclado con el calor embriagador de sus cuerpos. Logan tenía a Sophie contra la pared de ladrillo áspero, él tenía un hambre feroz, casi animal, lo que hacía que el pulso de ella se disparara.
Logan la devoraba en un beso salvaje, sus dientes rozando su labio inferior con una urgencia que arrancó un gemido de su garganta. El beso se volvía más profundo, más sucio, como si quisieran consumirse mutuamente.
Logan rompió el beso solo para atacar su cuello, sus labios y dientes trazando un camino abrasador por la piel sensible, mordisqueando y succionando con una intensidad que dejó marcas rojas a su paso. —Sophie,— gruñó contra su piel, su voz ronca y gutural, cargada de un hambre que vibraba en el ai