Relaciones bajo presión
El aroma a café recién hecho y pan tostado llenaba el penthouse del Upper West Side, pero la calma habitual del desayuno estaba rota por una corriente de tensión. Sophie , sentada a la mesa de mármol con vistas al Hudson, sostenía una tablet como si fuera una granada a punto de estallar. En la pantalla, un banner promocional de la Fundación Renacer mostraba su rostro en primer plano, con un eslogan que proclamaba: “Sophie Belmont: La voz de la esperanza”. Ni Logan ni Belmont Holdings aparecían mencionados, y la omisión era tan deliberada como un corte quirúrgico.
—¿Autorizaste esto? —preguntó Sophie, su voz baja pero afilada, girando la tablet hacia Logan, que estaba sirviendo jugo de naranja para los trillizos. Liam, Noah y Alex, sentados en la barra, dejaron de charlar, sus ojos captando la tensión como antenas.
Logan frunció el ceño, dejando la jarra sobre la encimera. —Fue una decisión de última hora —dijo, su tono defensivo pero contenido. —Cassandra sugir