— Será peligroso… — Albert se cruzó de brazos, con su expresión seria y concentrada.
— Es una trampa… — Agregó Patrick, preocupado.
— Tenemos que pensarlo con calma antes de hacer algo… — David se dirigió a Mari, inquieto, pues la mujer que él amaba estaba por lanzarse directo a la cueva del león.
— Chicos, ahora lo que menos importa es el precio o el peligro, lo que importa es que si lo hago, mamá volverá… — Alegó Mari sin intención de ceder.
— Claro que importa cuando claramente es un suicidio… — Replicó Albert con una expresión llena de inquietud.
— Papá, diles… Sabemos que es riesgoso, pero es la única manera que tenemos, por ahora, para recuperar a mamá… — Mari se puso a un lado de Máximo, segura de que su padre la entendería.
Él se quedó pensativo con sus ojos enrojecidos, inyectados por dolor, las fotos de su esposa amarrada y sufriendo le habían golpeado el alma, lo habían herido en lo más profundo y ahora, el miedo de perder a Isabela lo estaba volviendo un hombre al b