El corazón de Mari dio un vuelco, ella se levantó aliviada, con las lágrimas contenidas y de inmediato se lanzó sobre los brazos de él, quien la recibió con un fuerte abrazo.
— ¡David…! — Exhaló Mari, pegando su rostro contra el pecho de él.
— Mari… ¿Tú fuiste? — Preguntó David con voz tensa, casi temblorosa. — Fueron ustedes… ¿No es así?
— No importa quién fue… — Respondió Mari, levantando el rostro para verlo. —. Lo importante es que la verdad salió a la luz, David… Ya no hay secretos.
Hubo unos segundos de silencio, y luego él exhaló con fuerza.
— Dios… — Murmuró David aliviado, abrazándola con más fuerza. — Lo vi en las noticias y no lo podía creer… Todo el país está hablando de eso, Soleil está acabada y mi padre… — David guardó silencio por un momento mostrando una expresión llena de amargura. — Lo van a destruir.
— Él se destruyó solo… — Respondió Mari con firmeza, conteniendo la emoción. — Ese hombre nunca debió estar arrastrándote a sus cochinadas…
David no respondió,