Capítulo 46 — Negocios son negocios

La luz del sol apenas se filtraban entre las cortinas, Mari dormía plácidamente sobre el pecho de David, cuando él se despertó.

Él la observó por largo rato, su respiración lenta y constante, sus largas pestañas cerradas, sus labios rosados ligeramente abiertos, seductores e incitantes, el corazón de David le latió con fuerza.

¡Era cierto! Finalmente, ella era suya.

Con mucho cuidado de no despertarla, David intentó levantarse en silencio, deslizándose lentamente, pero Mari se despertó.

— Oye… — Musitó Mari medio somnolienta. — ¿Qué haces? ¿Ya piensas abandonarme?

— Lo siento, no quería despertarte… — Alegó David, dándole un suave beso en la frente a Mari.

— ¿Ya te vas? — Ella se estrujó los ojos, al tiempo que veía como él recogía el reguero de ropa.

— Tengo un asunto muy importante que atender… — Contó David.

— ¿Con quién…? — Mari levantó la vista con curiosidad, cuando David ya se estaba vistiendo. — ¿Qué piensas hacer?

— Voy a romper mi compromiso.

Mari sonrió automátic
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