Mundo ficciónIniciar sesiónLuca salió al pasillo, cerrando la puerta con un clic suave. El alivio era tan inmenso que casi lo hizo tambalearse. Se apoyó contra la pared, su cuerpo finalmente registrando el agotamiento de la noche.
Alessandro y Ricardo, que habían llegado temprano y habían presenciado la conmoción desde la sala de espera, se acercaron a él de inmediato, sus rostros una mezcla de asombro y alivio.
—Figlio mio, ¿es verdad? —preguntó Alessandro, su voz embargada por la emoción—. ¿Ha vuelto?
Luca solo pudo asentir, pasándose una mano por el rostro. —Habló. Está despierta. Está lúcida. Pero... —su voz se quebró— está tan débil. Y asustada. Emilio está con ella.
—¡Dios mío! —exclamó Ricardo—. ¡Voy a llamar a Memo! Tiene que saberlo... —Espera







