—¿Dónde está mi ropa? —dijo ella, la voz convertida en un temblor de pánico—. Por favor, llama a mi hijo, que mande por mí. Esto no debió suceder. Yo ya tengo una carga enorme en mi mente, estaba vulnerable por la idea de tu abandono, ¡no te puedo tener, tú no me perteneces! ¡Tienes a Ivanka, tienes a tu familia, y yo tengo mi propio calvario! —comenzó a llorar, pero sus sollozos se convirtieron en gritos—. ¡Soy solo una mujer ardiente y reprimida que ha amado a un solo hombre! ¡He tenido sexo contigo y con Noah, pero no quiero que seas Luca, solo quería que fueras el hombre que ya eras para mí antes de todo esto! Federico estalló. Un rugido de rabia y dolor brotó desde lo más profundo de su ser. —¡Estás enferma! —le gritó, el rostro desfigurado por la traición—. Acabo de entregarme a ti por completo, ¡no fue solo sexo, era amor! ¡Te adoré cada centímetro, grabé en mi mente cada espacio de ti, te tomé como mía para unirte a mi alma! ¡NO SOY LUCA, soy
Leer más