7

Cuando los tonos cálidos del amanecer cubrieron el cielo, Chloe salió al balcón de su habitación para observar el jardín principal de la mansión Davenport.

Estar allí significaba haber avanzado en el tablero donde reinaba, teniendo la certeza de que la partida apenas había comenzado.

Regresó a la habitación para ducharse, debía comenzar a prepararse para el día. Alisó su cabello al salir y mientras elegía su atuendo escuchó su móvil vibrar.

Chloe tenía un teléfono para su nueva identidad, pero en secreto también conservaba el que le pertenecía cuando era Mathilde, donde conservaba información y contactos importantes.

«Marcus:

Buenos días, linda.

Ya está hecho.»

La pantalla se iluminó con la llegada de otro mensaje y Chloe sonrió al leerlo, no tardó en escribir su respuesta. Era exactamente lo que estaba esperando.

Marcus conocía a Mathilde desde que ella era una niña, pues era el mejor amigo de su padre. Fué el primero en darle una mano cuando ella comenzó a fundar su propia empresa tras todo lo ocurrido. Chloe confiaba ciegamente en él y él no dudaba en ayudarla en todo lo que ella le pedía.

Chloe escogió unos tacones para relucir sus largas piernas con una falda negra y una blusa que moldeaba su cintura.

Se roció perfume antes de salir de la habitación. Bajó a la cocina y encontró a una de las mujeres del servicio preparando el desayuno.

—Buenos días, señorita Bennett —la saludó amablemente—. ¿Puedo servirle el desayuno?

—Le agradezco pero aún no me apetece —declinó con educación—. En realidad, estoy buscando a Thomas.

—El señor Davenport se encuentra en la biblioteca —respondió mientras dejaba una taza de café negro sobre una bandeja de plata.

—¿Eso es para él?

—Así es.

A Chloe se le ocurrió una idea.

—¿Le molesta si lo subo?

—¿Está segura, señorita?

—Por supuesto —sonrió—. Debo ir a hablar con él. Sólo dígame dónde está la biblioteca —Chloe tomó la bandeja.

Siguió las indicaciones de la mujer hacia la biblioteca. Una alfombra cubría el suelo de madera oscura, amortiguando el sonido de sus tacones, por lo que pudo detenerse a escuchar tras la puerta sin que las personas del otro lado supieran de su presencia.

—Casi lo olvido, señor —escuchó la voz de una mujer—. El mayordomo confirmó que la joven le pidió las pastillas ayer en la noche.

Chloe comprendió de inmediato que Thomas había mandado a preguntar si era cierto lo que ella le había dicho la noche anterior. Tenía dudas sobre ella, por lo que tendría que ser más cuidadosa en el futuro.

Pero entonces, ¿quién le había dicho al mayordomo que dijera aquello? Al pensarlo, solo había una respuesta. ¿Acaso Brendan la había salvado de ser descubierta en la mentira?

Chloe escuchó a la mujer acercarse a la puerta y disimuló su llegada. Se adentró a la biblioteca captando la atención de Thomas, quien deslizó su mirada sobre ella.

—Buenos días —la joven lo deslumbró con su sonrisa.

—Buenos días, Chloe.

—Para tí —dejó la bandeja sobre el escritorio.

—No tenías por qué —mencionó él, acercándose a ella—. Estando aquí eres tú quién debe recibir todas las comodidades.

—Lo hago y te lo agradezco mucho, Thomas —pronunció su nombre con suavidad.

—¿Cómo dormiste anoche? —preguntó él, cediendo a la necesidad de tocarla, acariciando con sus nudillos la piel suave de su brazo.

—De maravilla. ¿Y tú?

—Pudo haber estado mejor —sus palabras escondieron un doble sentido que Chloe fingió no haber entendido.

Una notificación llegó a la computadora y ella se alejó de él, acercándose a uno de los ventanales.

—¿Ocupado desde tan temprano? —preguntó ella viéndolo revisar algo en su computadora mientras bebía un sorbo de café.

—Un poco. Me acaba de llegar la invitación a una gala de máscaras ésta noche.

—¿Si? —Chloe fingió que aquello le interesaba.

—Sí. Mira, acércate.

Chloe lo hizo, inclinándose ligeramente más cerca de él a propósito.

—Se ve como un evento importante —mencionó al ver la invitación.

—Lo es —afirmó, tomando uno de los mechones de su cabello entre sus dedos—. ¿Quisieras venir conmigo?

Chloe lo miró.

—¿Lo dices en serio?

—Por supuesto —respondió él, su mirada azul desviándose hacia la boca de Chloe.

—Me encantaría —pronunció con voz suave—. Te dejaré continuar entonces —pasó detrás suyo dejando una caricia sobre sus hombros mientras se alejaba.

Thomas pensó que nunca había conocido a una mujer como ella. Con esa mezcla de sensualidad y sofisticación tan embriagante. Ni siquiera la había probado aún pero sabía que debía ser una mujer exquisita.

No era consciente que ella era una trampa en la que él estaba a punto de caer.

(***)

En la tarde, mientras Chloe se arreglaba para el evento de esa noche, tocaron a su puerta para entregarle unos presentes que Thomas le había comprado.

Dentro de una de las cajas había un elegante vestido de diseñador y en la otra más pequeña una máscara de encaje perlado con pequeños cristales.

«El bastardo tiene buen gusto» pensó mientras se quitaba la bata para enfundarse en el vestido.

Cuando estuvo lista, descendió por las escaleras hacia la sala donde se encontró a Thomas esperándola mientras arreglaba la manga de su traje. Al verla, quedó deslumbrado.

El vestido carmesí le quedaba como un guante, combinaba con el tono que había escogido para sus labios. Dejó su mirada al natural pues sus iris azules eran de por sí deslumbrantes.

Cuando estuvo frente a él, Thomas no se resistió a tomar su mano para dejar un beso sobre sus nudillos.

—Tienes una belleza deslumbrante, Chloe Bennett.

Ella sonrió con coquetería.

—También te ves muy atractivo.

La ayudó con su abrigo antes de tomarla de la cintura para guiarla hacia el sofisticado vehículo que los esperaba fuera.

—¿Brendan no vendrá con nosotros? —preguntó con curiosidad mientras se abrochaba el cinturón.

Thomas fué rápido al ocultar la repentina molestia que aquella pregunta le provocó. ¿Por qué Chloe se interesaba en Brendan? Aún así, le respondió.

—Él apenas acaba de regresar, pasa la mayor parte del tiempo en la empresa para familiarizarse. Irá al evento pero saldrá desde la oficina.

—Entiendo —asintió ella, sin buscar mostrarse interesada en Brendan para evitar despertar más dudas en Thomas.

El chofer aceleró por el camino hacia el portón principal y Chloe observó por la ventana pensando en que le esperaba una noche larga que no podía desaprovechar.

(***)

Al llegar al exclusivo hotel donde se realizaba el evento, los fotógrafos captaron la llegada de Chloe junto a Thomas, preguntándose quién era la misteriosa joven que acompañaba al empresario más importante del momento.

Thomas le dió la mano a la joven para ayudarla a bajar. Detrás de su vehículo, estacionó otro deportivo. Chloe le dió una mirada fugaz pero su atención regresó allí tan pronto cómo reconoció al hombre que descendió del asiento del conductor.

Su mirada siguió a Brendan como si estuviera bajo un trance hipnótico. Esa noche lucía increíblemente atractivo, reluciendo su físico en un traje de dos piezas, su cabello tan oscuro como el carbón resaltando el azul de su mirada. Era una mezcla de sofisticación y una seguridad casual que lo volvían irresistible.

Brendan dió la vuelta al deportivo hacia el lado del copiloto y abrió la puerta para la mujer que estaba allí, una joven de cabello chocolate envuelta en un vestido azul oscuro que no tardó en aferrarse a su brazo.

Chloe no reconoció la sensación punzante que atacó su pecho mientras no podía evitar preguntarse… ¿quién era la mujer con Brendan?

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