Oculto dentro del clóset, Brendan se acercó sigilosamente para observar por el fino espacio entre las puertas la habitación donde estaban conversando su padre y Chloe.
Había algo en la manera en que Thomas le hablaba, en cómo se acercaba a ella, que a Brendan le provocaba rechazo, como un mal presentimiento.
Para él, su padre no era más que un lobo bajo la piel de un cordero, dispuesto a lo que sea para conseguir lo que quería. Y por la mirada en su rostro, el cazador había encontrado una nueva presa.
Con los años, Thomas había perfeccionado la máscara que le mostraba a los otros para siempre salirse con la suya. Pero Brendan era capaz de distinguir las pequeñas grietas y esperaba que Chloe lo hiciera también, porque no solo parecía inteligente sino también una buena chica.
Nadie sospechaba del monstruo que se ocultaba debajo de elegantes trajes a la medida y una sonrisa de galán de novela. Tenía una mirada que solo aquellos que habían probado de su veneno sabían que ocultaba cien