Mi hermano Kael..
A veces, se sentaba junto a un árbol, con las manos apoyadas en la corteza rugosa. No le hablaba, pero yo lo veía asentir, como si estuviera en la mitad de una conversación. Me decía que el árbol le contaba de las estaciones que había vivido, del susurro del viento entre sus hojas y del inmenso peso de la tierra en sus raíces.
Y los animales... los entendía sin necesidad de un solo ladrido o maullido. Kael podía decirme si un zorro estaba asustado, si una manada de lobos sentía hambre o si un ciervo herido necesitaba ayuda, todo a través de la vibración de sus cuerpos. No era telepatía, era la empatía más pura y profunda que he visto. Era como si su alma estuviera conectada a cada criatura de este mundo.
El aire está denso, cargado con la tensión que trajo Kael cuando apareció. Frente a mí, alrededor de una mesa de madera maciza, están los miembros más importantes y fuertes de la manada. Sus rostros son una mezcla de seriedad y cautela.
Thane está al otro lado de la