Me pongo de pie inmediatamente del asiento, como si una fuerza invisible me hubiera impulsado hacia arriba. Las imágenes que pasan por mis ojos me hacen temblar y mis rodillas se doblan, haciéndome caer al piso con un golpe seco. Todo el mundo se desconcierta y se vuelve hacia mí, preocupados por mi repentino colapso. Mi esposo se acerca a mí rápidamente, su rostro lleno de preocupación. Me toma la cara con ambas manos, sus dedos cálidos y firmes, mis ojos se clavan a los suyos mientras siento como me arden.
—¿Qué pasa, Amira? Dime qué sucede. Mírame a los ojos.
Mi mirada está desenfocada, perdida en las imágenes que veo en mi mente. Pero cuando mi esposo me habla, me esfuerzo por enfocarme en él. todo por dentro tiembla, vibra, y las piernas me fallan.
—Tienes que ir por mi hermana. Por favor, tienes que ir.
Thane, mi alfa, mi esposo me mira confundido, sin entender qué es lo que pasa.
—No entiendo qué es lo que pasa, Amira. Explícame.
Se me forma un nudo en la garganta y me miro las