Cuando Xana era niña y después adolescente su vida se cruzó con un lobo que la salvó las dos veces, marcándola en el proceso. Ahora de adulta y casada a la fuerza, al tener su marca ha sido entregada a ese mismo lobo como tributo con la intención de ser devorara, solo que nadie planeó que ella fuera su mate, y en vez de matarla él plantara su descendencia en ella con la intención de reclamarla después. Sin embargo, el esposo de ella no estaba de acuerdo con todo aquello. La traería de vuelta a pesar de todo, y estaba dispuesto a matar los cachorros que ella llevaba ahora en su vientre una vez nacieran, obligándola a huir para ponerlos a salvo. Xana ahora era madre por lo que sus cachorros eran la prioridad y los salvaría aún si tenía poner su vida en riesgo, apartarse de ellos y dejarse atrapar. Al menos sabía una cosa… ellos ahora estarían con su padre… que se hiciera responsable temporalmente que para eso los habían hecho los dos. Cuando pudiera escapar iría de nuevo por ellos.
Leer más-AAAAAHHH- un grito desgarrador inundó toda la habitación.
-Puja, tu puedes- una voz femenina dio aliento.
-Duele- otra respondía en medio de jadeos y llanto para después gritar de nuevo.
El vientre abultado se movía de un lado a otro de forma anormal casi como queriendo desgarrar la piel desde adentro. La mujer estaba empapada en sudor junto a su cabello dorado todo pegado a su frente, su piel erizada por completo, la sábana debajo de ella manchada de sangre, y aun así no había atisbo de esperanza que diera a luz. Y es que era natural… lo que llevaba adentro no era un bebé humano.
Jadeó con fuerza con las lágrimas empañando su vista e intentó mover sus manos de forma forzosa, pero estas se encontraban amarradas tan reciamente que sus muñecas tenían un halo rojo y las sogas que la aguantaban tenían rastros de sangre.
-Ahhhhhh- Xana gritó para después apretar sus labios, llorar y gritar no la sacaría de ese momento tan tortuoso. Se concentró y respiró profundo a pesar de las olas de dolor que venían se iban constantemente.
Lo mejor era que alguien la ayudara, pero al parecer las mujeres a su alrededor le daba asco tocarla, eran tres incluyendo a la partera, una chica joven que estaba pálida y que al parecer no sería de mucha ayuda y en la puerta su hermana menor con la que Xana nunca había tenido el mejor de los roces. Ellas… no eran sus amigas, no eran sus compañeras, simplemente estaban siguiendo órdenes, y esas eran ayudarla a dar a luz para después… no quería pensar en eso.
Necesitaba algo de tiempo para pensar en un plan. Si sus hijos venían a al mundo en aquel lugar no sobrevivirían, eso se lo habían advertido… después de todo no eran hijos de su actual esposo, sino de quien era su mate, con quien había tenido sexo después de ser ofrecida como ofrenda y el que la había preñado: El alfa de la manada de las sombras.
Xana gimió de nuevo. Sentía que sus órganos se movían en su interior de una forma desagradable, apenas tenía aire en sus pulmones y cada respiración era más dolorosa que la anterior. La sensación de algo bajando de su vientre la hizo estremecerse y correr la cabeza hacia atrás tensando sus músculos.
Le hubiera gustado mantenerlos más tiempo dentro de ella, pero los tres meses de gestación se habían cumplido y su vientre había crecido lo suficiente para dejar marcas notables en su piel. Al inicio todo había sido hermosos hasta que… hasta que…
-AAAHhhh- esta vez su grito casi desgarró su garganta.
Ahora eran sus músculos pélvicos los que se convulsionaban mientras algo los desgarraban.
-Puje, está saliendo- dijo la mujer con tono demandante- Vamos, no pueden morir todavía.
Xana no tuvo más remedio de dejarse llevar por su cuerpo que simplemente quería expulsarlo de ella y un dolor cegador la atravesó cuando su primer cachorro vino al mundo, aun así, los dolores no disminuyeron, solo dándole un segundo de descanso.
-Toma- dijo la mujer agarrando de mala forma el pequeño cachorro ensangrentado que gemía ligeramente, más grande de lo normal y lo ponía en una canasta- Al parecer son dos, viene el otro detrás- declaró asombrando a Xana que alzó la cabeza.
Ahora entendía porque su barriga había sido tan grande. Y el mismo proceso tortuoso volvió hasta que por fin su interior quedó vacío al igual que la sensación que la invadió. Esta vez las lágrimas que corrieron por sus ojos no fueron de dolor. Ella no debería estar pasando por esto.
El rostro del lobo que era el padre de sus cachorros se visualizó delante de ella y aunque su relación ni había comenzado bien ni en los mismos términos al ser ella su tributo para aplacar su rabia, ahora tenían algo que los unía, solo que él… no estaba ahí. Ni siquiera sabía si aún estaba vivo. Sin embargo… de algo estaba segura, no podía dejar que sus dos cachorros corrieran el mismo destino que sus padres.
Su cuerpo estaba flácido en la cama sim energía, mas ella guardó toda la que podía, si perdía el conocimiento en ese momento sus hijos tendrían los minutos contados. Podía escuchar los leves gemidos de las dos crías recién nacidas que estaban en la canasta sin recibir atención. Y ella ni siquiera podía tocarlos al estar amarrada.
-Vamos a buscar al señor Remy. Es momento que él se encargue de esto. Tú, límpiala, no le gustará verla así- dijo la partera a la chica más joven, quitando la sangre de las manos con un paño y saliendo de la habitación.
Xana vio como también su hermana salía de allí siguiendo a la mujer con una sonrisa para nada agradable y con razón, el lugar al lado de Remy estaba ocupado por ella, algo que ansiaba desde niña. Xana se lo regalaba si pudiera.
Esperó unos segundos escuchando los pasos de ellas alejándose y supo que era momento de actuar.
-Oye- Xana llamó a la chica que solo la miraba temblante- Ayúdame- le dijo pálida por todo el esfuerzo que estaba haciendo.
La chica la miró con los ojos abiertos muy grandes, se notaba que no estaba adaptada a ver tanta sangre.
-Suelta mi mano y yo misma me limpio- dijo con la voz temblante y pasando su vista de la chica a los cachorros temiendo por ellos y su estado, necesitaban calor, además que sus chillidos la alteraban.
-Yo…- la chica vaciló, aunque se notaba que realmente no quería hacer aquello.
-Solo es una mano, no haré nada, sino estoy limpia para cuando regrese Remy te regañaran- manipuló Xana viendo como la chica temblaba aún más y esto pareció convencerla.
Se acercó y con los dedos temblorosos comenzó a desatar una de sus manos. Xana se alegró de tener aquel atisbo de esperanza. Y cuando la chica la soltó la recién madre entrecerró los ojos, estiró el brazo, agarró la lámpara cerca de su mano y la estrelló contra la cabeza de la chica. El golpe fue tan brutal que esta cayó en el suelo desmayada con una herida en la cabeza.
Xana no era una persona violenta por naturaleza, pero la situación lo ameritaba. Ahora era madre y haría lo que fuera por salvar a sus cachorros.
Xana estaba sentada en la cama en la habitación del alfa mordiéndose su uña sumida en sus pensamientos. Escuchó levemente la puerta del baño abrirse y White saliendo de ella secándose el cabello, aunque ella no le prestó atención.-¿Qué ocurre?- notó la expresión preocupada de ella.-¿White… los cachorros masculinos tienden a responder al olor de otra hembra?El alfa se acercó a la cama y se dejó caer a su lado.-Depende de muchos factores. La mayoría de las veces no, ni siquiera les importa el olor de otra hembra hasta que las hormonas se les desarrollen en la adolescencia.Xana no estaba del todo convencida.-También hay casos donde la cachorra es su pareja destinada. Las hembras no lo pueden saber hasta pasada la mayoría de edad, pero los machos si sentimos una conexión mucho más fuerte, por eso es que supe que eras mi mate tan joven.-¿Y eso pasa cuando son tan cachorros, me refiero a los varones.White hizo una leve mueca.-Tan pequeños no. Su glándula apenas si se ha comenzado a
Una vez entró a la oficina pudo sentir la tensión en el ambiente. Incluso antes de entrar su nuca ardía y molestaba. Ella sabía que aquello era algo serio.-¿Qué ocurre?- caminó hacia White que estiraba una mano en dirección a ella para que tomara su mano a su lado.-Xana, tenemos un problema- le dijo el alfa tomando lo dedos de ella y apretándolos ligeramente, el toque de su mate lo calmaba haciéndolo pensar mejor. Y le contó de forma detallada lo que estaba ocurriendo y las consecuencias.Los ojos de Xana se fueron abriendo con cada una de las palabras y la pregunta de ella los sorprendió.-¿Y la cachorra está bien ahora? ¿Sobrevivirá?White y Sky se miraron. Normalmente ante toda la situación una loba, que había sufrido una traición como la que sentido Xana lo primero que haría sería rechazarla, pero…, verdad, ella no era humana.Xana agarró el rosto de su pareja para que la mirara.-¿La cachorra, está bien?- repitió la pregunta.-Está con Morgana, lo estará en sus manos-Xana solt
-Repite eso si te atreves- le gruñó White.El beta se dejó caer de rodillas en una muestra de sumisión y de respeto.-Alfa, usted sabe que soy fiel a usted hasta el último día de mi vida, pero a la vez, ella es mi sobrina. Nunca me he perdonado por no corregir a mi hermana a tiempo, trayendo todos estos problemas a la manada, todos estos problemas a usted. Y ahora… ella es lo único que me queda de familia, como si la diosa Luna me la enviara para redimir mis errores. Pero a la vez sé que dejarla aquí estaría en contra de las reglas y lo pondría en una situación complicada. Por eso…-Cállate- White gruñó sonoramente apretando su entrecejo- No digas ni una palabra más.El beta bajó su cabeza.-Disculpe por ponerlo en una situación tan difícil.Y si lo era. Estaba contra la espada y la pared. Por un lado, Sky era su mano derecha, el lobo en quien confiaba hasta su vida, sus cachorros cuando no estaba y hasta su manada. Dejarlo ir por algo así…, por otro lado, estaba la cachorra. Mostrars
White alzó la mirada de sus papeles escuchado un jadeó muy grande viniendo de la casa de su beta. Por el olor supo que él no estaba cerca, más bien, estaba Morgana, seguro haciendo de las suyas y… su ceño se frunció. Ese olor, débil, apenas imperceptible pero presente. ¿Un cachorro?Salió de su estudio en dirección allí, cruzando el pasillo cuando.-Papáaaaaa- tuvo que abrir los brazos para sostener a Nill que dio un salto hacia él- Papá sálvame de Sibyl, me quiere embarrar con mermelada- su pequeño se restregó contra él pecho de él y en eso pudo escuchar como su otro cachorro aparecía con las manos embarradas y riendo a pura carcajada.Si los dos cachorros estaban así, y estaban con Xana.-Sibyl- habló un poco duro haciendo que el cachorro se detuviera y escondiera sus manos detrás de su espalda y desviando la mirada, como si eso pudiera esconder… lo que había hecho.-Hola papá--¿Qué hiciste?- lo miró inclinando la cabeza.-Yo… yo no hice na AAAHHH- gritó cuando fue alzado.-Cachorr
Ron sentía que su vista se estaba poniendo cada vez más oscura y perdía fuerza en sus patas. Su cuerpo cada vez más lento, el rastro de sangre detrás de él por las tres flechas en su lomo. Los humanos lo habían alcanzado aún si había corrido lo más rápido que había podido.El pequeño bulto en su boca se removía con pequeños chillidos que apenas se oían. Ron no la había soltado, no la había dejado atrás. Esa era su cachorra, su hija.Obligó a sus patas a moverse a pesar de estarlas arrastrando. Sabía que no le quedaba mucho tiempo de vida. Podía escuchar a su corazón palpitar con fuerza forzando lo poco de sangre dentro de él. Solo la convicción de poner a salvo a su cachorra fue lo que lo mantuvo con vida.Sin embargo, su cuerpo se derrumbó cuando casi estaba llegando a su destino. Ah, solo faltaban unos pasos más. Solo unos pasos más. Su boca se abrió dejando salir la bolita de pelos manchada de sangre que se removió en busca del olor de su padre.Ron la miró con su cuerpo tendido so
Caminó abrazando a su hija a la cual no le había puesto nombre. Se había encariñado con ella, pero no sabía si podría sobrevivir a las duras condiciones de vivir como lobos salvajes.Ron volvió por el mismo camino de vuelta a la cueva. Tras cazar un conejo no le quedó de otra que volver a alimentar a su cachorra con sangre. Las arcadas de ella no faltaron, pero al menos ahora no lloraba y estaba dormida, con algo de alimento dentro de su barriguita. No duraría mucho así, pero al menos descansaría algo.Se detuvo de golpe escondiéndose detrás de una enorme piedra y se asomó. Su rostro se arrugó al oler… humanos. Espera, estaba… afuera de la cueva y… dentro.Entonces vio a Lilya salir caminando junto a uno de ellos. La sonrisa que tenía en su rostro lo estremeció. Hacía tiempo que no la veía, como si estuviese contenta por haber obtenido algo. Soltó un jadeó y apretó a su cachorra contra él de forma protectora.¿Qué estaba pasando? Los humanos y los lobos no se llevaban bien, pero la es
Último capítulo