Todos los puntos calzan.
El restaurante se vació poco a poco, dejando solo a los más cercanos en la mesa.
Kate, visiblemente cansada pero tranquila, se apoyó en Bastien, quien acariciaba distraídamente su espalda baja mientras charlaba con Joel y Jake en voz baja.
Albert se acercó a ellos, su expresión seria.
—Bastien —dijo en voz baja, apenas para ellos—.
Necesitamos hablar. A solas.
Bastien entrecerró los ojos, analizándolo un segundo.
Asintió con un leve movimiento de cabeza.
—Jake, lleva a Kate a casa. Joel y los hombres ya están listos.
Kate frunció el ceño, no queriendo separarse, pero Bastien le besó la frente con ternura.
— No quiero, quiero estás contigo Bastien, jamás he llegado sola a casa. — Bastien sonrió.
— Está bien princesa, vamos a casa.
Bastien le dio la orden a Jake para que llevara a Albert con ellos y lo esperaran en el despacho y que le avisaran a Lucca que estuviera también.
El viaje en auto de regreso fue tranquilo.
Kate se apoyaba contra el pecho de Bastien, somnolienta, mientras él