Parque de diversiones.
Addy y Lucien miraban por la gran ventana de la oficina de Kate, ya era de noche y a lo lejos se veían las luces que un parque de diversiones.
— Mira Lucien digámosles a nuestros papis que nos lleven.
— Sí, me encantaría, podemos montar a los caballitos. — la pequeña Addy miró a su padre que sostenía a su madre en su regazo y le daba besos en su cuello.
— Mi papi ya le esta dando besitos a mami, crees que si le digo, me hará caso, cuando está con mami se vuelve sordo y tonto.
— Intentémoslo, si no funciona le decimos al mío.
— Vamos — Los dos pequeños traviesos corriendo hacia Bastien y Kate.
— ¡¡¡¡Papi!!! ¡¡Papi!! ¡¡Papi!! — Bastien sonrió y miró a su pequeña hija por sobre el hombro de Kate.
— Sí princesita, dime. — Addy suspiró con una sonrisa.
— Vimos por la ventana que hay un parque de diversiones, podemos ir, por fi, por fi papi. — Bastien miró a Kate.
— ¿Te gustaría ir? — Kate sonrió.
— mmm, no sé, tengo una princesita que no me ha dado ningún besito, igual que un caballerito q