La venganza toma curso.
MARIE MORETTI
—¿¡QUÉEEE!? ¿¡QUEEEE!? —Anny gritó tan fuerte que estoy segura de que los pájaros del jardín salieron volando del susto—. ¿¡ESE HIJO DE LA GRAN PUTA DIJO QUÉEEE!?
Sus ojos estaban abiertos como platos, con las pupilas dilatadas de pura furia. Juraría que le vi temblar la comisura del labio como si estuviera reprimiendo el deseo de morder algo… o alguien.
—Tranquila, Anny… —intenté calmarla, aunque yo tampoco tenía exactamente cara de santa en ese momento.
Ella se levantó del sofá como si fuera a ir a buscarlo en ese preciso instante, descalza y armada con su furia. Si hubiese tenido una katana, no quedaba ni la sombra del tipo.
—¡Yo lo mato, Marie! ¡Lo mato, lo entierro y luego bailo sobre su tumba con tacones de aguja! ¡¿DECIR QUE TÚ ERES UNA “PRESA FÁCIL”!? ¡¿QUÉ SE CREE ESE DESGRACIADO?! ¡NO SABE CON QUIÉN SE METIÓ!
Me crucé de brazos, con una media sonrisa.
—No necesitas matarlo. Solo… ayudarme a vengarme.
—¿Y me lo pides como si no me encantara? ¿Como si no fuéramos