NOAH ALBERTI
Manejaba entre los sollozos de mi hermana, no podía creer que el hombre del que ella hablaba tan enamorada era Paolo, tenía que ser justo, él, no podía ser otro, justo el inútil de Paolo.
Tenía rabia, sentía que me había traicionado, tratar de tener a mi hermana, de llevarla al mundo que yo tanto traté de evitar.
Quiero un buen futuro para ella, un hombre que la ame, que tenga un trabajo de 8 horas y que no tema que cuando salga trabajar, le meterán un tiro, o que se meterá con alguien que no debía haciéndola a ella parte del castigo.
Mi corazón se estrujaba al escucharla llorar con tanta pena, la última vez que la escuché llorar fue cuando murieron nuestros padres años atrás.
Recuerdo que era una noche cálida de verano, al otro día iríamos a la playa, habíamos dejado todo listo.
Ellos estaban en la sala mirando televisión mientras mi hermana dormía y yo terminaba un trabajo que tenía que entregar el próximo lunes.
Escuché voces, que no eran de mis padre, bajé y los ví, d