ADELINE DE FILIPI
Estábamos en la sala, compartiendo una tarde tranquila después de acomodarnos en nuestra nueva casa, cuando vi a Anny detenerse en seco mientras revisaba su teléfono. Su rostro cambió. Parpadeó una vez, y luego frunció ligeramente el ceño.
—Oh, oh… —murmuró.
—¿Qué pasa? —le pregunté, con la mirada fija en ella.
— Em… Huston tenemos un problema.
La tensión me invadió como un latigazo. Mi cuerpo se tensó automáticamente.
—¿Qué significa eso? —insistí, más seria.
Anny levantó la vista, sabiendo que no tenía escapatoria y me mostró un mensaje de su celular.
—Mañana llega Asher.
El silencio cayó como un velo pesado. Mi mirada voló hacia Lucien, que me observaba con la misma alerta que yo sentía en el pecho. Augusto, que no entendía nada, se cruzó de brazos y preguntó con una ceja levantada:
—¿Quién es Asher?
Respiré hondo. No podía explicarlo de uno por uno así que me incorporé con decisión.
—Llama a Marie, necesito que vengan todos al salón. Tenemos que hablar.
Nos sent