Capítulo 63
La amabilidad de Bastian
Dina
Aún no sabía qué hora era. O cuánto tiempo había pasado desde que la trajeron. Lo único que tenía claro era que no estaba en una celda ni en una prisión, sino en una habitación hermosa, decorada con detalles dorados, tapices finos, y una cama tan amplia que sentía que podía perderse entre las sábanas de lino suave. Sobre una cómoda, descansaban vestidos de colores que jamás había usado, algunos con bordados a mano, otros con telas que parecía que flotaban. Nunca había tenido ropa así. Nunca nadie la había tratado con tanto cuidado… aunque también con tanto silencio, en los primeros minutos intentó gritar, intentó abrir la puerta, forcejear con la ventana, pero pronto entendió que no funcionaría. No estaba atada, no estaba encadenada, pero sí encerrada. Como una mariposa en una urna de cristal. ¿Estaba prisionera o protegida? No lo sabía. Solo sabía que cada tanto, cuando el día empezaba a declinar, él aparecía. Bastian.
El sonido de la cerradu