Capítulo 72
Listas para partir
Seguíamos sentadas sobre la hierba tibia, cuando el sonido de pasos firmes rompió el silencio del jardín. Volteé primero por instinto, y al ver la silueta de Bastián acercándose, sentí que la pequeña burbuja que había construido con Dina empezaba a disiparse.
Él venía serio, como casi siempre, pero había una tensión en su andar que me hizo fruncir el ceño antes de que siquiera hablara.
—¿Interrumpo? —preguntó, aunque su tono no dejaba lugar a duda: tenía algo importante que decir.
—No —dije enseguida, poniéndome de pie—. ¿Pasa algo?
Bastián se detuvo frente a nosotras y miró a Dina con una leve inclinación de cabeza. Luego se volvió hacia mí.
—Viajamos esta noche.
Mi estómago se contrajo con fuerza.
—¿Esta noche? ¿Tan pronto?, pensé que tendríamos más tiempo.
—Sí. Las órdenes llegaron hace un rato. Partimos al anochecer, apenas todo estaba listo. Ya están informando a los soldados y empacando los suministros.
Miré a Dina, como si de alguna forma pudiera a