Mundo ficciónIniciar sesiónCreí haber encontrado el amor, creí que tenia la felicidad comprada, moriría feliz, pero jamás imaginé que él me abandonará, jamás estube preparada para perderlo... Y cuando lo hizo mi mundo se paralizó, y quedé atrapada en él pasado, en el dolor hasta que él llegó a mí... Ahora deberé luchar con mis miedos y descubrir si se puede volver a amar, a la misma persona, dos veces.
Leer más— Soy tu amiga, no me pensabas decir que te casarías. – Vuelve a ignorar mis protestas.— No me casare. – Digo irritada.— Aún... – Dice Ares. Lo fulmino con la mirada. Voy hasta Lina dandole leves empujones para que salga.— ¡Oye! Cuando me llames no vendré. – hace rabieta, y ruedo los ojos.— Lina...— Ya, ya me voy. Pero luego me contarás todo. – Dice, y sale riendo como demente.— ¿Entonces...? – Me pregunta Ares.— Claro que sí. – Respondo mirándolo.— ¿Te e dicho lo hermosa que eres?— Hoy, no... – Digo riendo, cuando me alza y cuesta sobre mí escritorio.— Eres la mujer más hermosa, que e visto en mi vida... Y eres mía.— ¿Tu ya? – Pregunto con picardía, sintiendo como sus manos acarician mis descubiertos muslos.— Sí, eres mía. Así como yo, soy tuyo... – Nos miramos fijamente y de pronto, la tensión entre ambos, se siente tan bien.— Me gustas tanto, que a veces me da algo de pánico, pues nunca fui posesivo, pero contigo... Siento que no deseo que nadie voltee, siquiera a mira
— Tiempo después, descubrí que cuando me hicieron el transplante, estaba... Embarazada. Ellos decidieron por mí, me arrancaron del vientre, lo único que me podía unir de por vida a él. De la nada lo perdí todo. – Lloro en silencio, sintiendo como duele mi corazón.Ares intenta acercarse pero lo detengo. — Deambule por mucho tiempo, caí tan bajo, lo único que apaciguaba mi dolor era el alcohol... Ese fue mi refugio, de echo, hasta hace poco, recurría a el para poder callar la culpa y, consegir dormir.— ¿Aún lo haces...? Digo, ¿Todavía tomas? – Me pregunta, cauteloso.— No, decidí que debía valorar, está nueva oportunidad que él me dió. Tarde mucho tiempo en darme cuenta, pero por fin lo hice, se que la culpa no desaparecerá, siempre me preguntaré como sería mi vida y la suya si yo me fuese alegado de él... Bueno, yo estaría muerta, lo sé. Pero Sury, seguiría con vida.Ares se acerca, y está ves si se lo permito, limpia mis lágrimas, unas que fluyen solas, duele mucho rememorar todo, p
— Puedes contar con mi hombro, cuando lo necesites, puedes contar con mis brazos, cuando necesites refugio en ellos. Todo yo, soy tuyo.— También estaré para tí, cuando quieras hablar, desahogar todo ese peso que llevas.Escucho atenta a sus palabras y decido que debo hacerlo, quiero contarle mi verdad, refugiarme en él, quiero que sepa todo.Para así estar por fin sin tanto tormento, confiaré en él, y espero no arrepentirme.Siento los latidos lentos del corazón de Ares, e llorado hasta sentir mis ojos hinchados.Ambos estamos como hace unas horas, abrazados, él como si temiera que yo fuese a huir, y yo, aferrandome a él, como si mi vida dependiera de ello.— ¿Te sientes mejor? – Escucho la voz ronca de Ares, asiendo que cada bello de mi piel se erice.— Sí, ya estoy bien... ¿Puedes soltarme?— No, no quiero hacerlo. Pues solo necesito tenerte entre mis brazos. Quiero sentir que no te irás.— No me iré, lo prometo. – Aseguro. – Pero debemos ir a comer, ya muero de hambre. Mi estómago
Lo escucho susurrarme algo pero no logro oír bien.Nuevo mis caderas más rápido dándonos más placer.— ¡Oh... Sí, te sientes tan bien. – Me dice al oído.Sus labios dejan los míos para darle atención a mis senos, una de sus manos masajea uno mientras que su lengua le da atención al otro.— Necesito más... – Le digo, y pronto siento sus caderas moverse con más intensidad, y es cuando no lo soporto. Exploto en un orgasmo fuerte que me deja temblando en sus brazos, mis sentidos están nublados.Mi respiración está muy agitada, y mi corazón quiere salirse del pecho.Ares nos lleva a la orilla del lago, aún lo siento en mi interior, cuando estamos fuera camina conmigo hacia la cabaña dónde sin esperar más, soy pegada a la puerta, mientras sus embestidas son certeras, haciendo que de nuevo este apunto de llegar al cielo, y sus jadeos me hacer saber que el también alcanzara las estrellas conmigo.— No puedo más... Yo... – Y de pronto; siento lo que es estar viva en sus brazos.Ares se derrama
— Nunca en mi vida, desee tener tanto a alguien, como deseo tenerte a tí.Y esas palabras que salieron de los labios de Ares me dejaron en shock. No sé que responder.Pues deseo con toda mi alma, que está felicidad que estoy empezando a sentir, no acabe nunca... Solo eso espero.No sé cuánto tiempo pasa, pero reaccionó cuando lo veo intentar cubrir mis ojos. Me tenso involuntariamente.— Pensé que confiaba en mí.Suspiro para luego responder.— Lo hago, es que yo... Lo siento, estoy algo nerviosa.— No tienes porqué estarlo, solo sé tu misma. ¿Si?—Okey. – Es todo lo que digo. Él solo sonríe y cubre mis ojos, me ayuda a volver a mi lugar, y pronto siento que el auto avanza.No pasa mucho cuando siento que el auto se vuelve a detener, él se baja, luego está de mi lado, y toma mi mano indicándome salir.Camino con cuidado por miedo a caer, eso sería realmente vergonzoso.— ¿Quieres que te lleve en brazos?— ¡Claro que no! Estoy bien.— Okey. – Lo escucho que ríe.— Espero te guste, jamá
Justo cuando estaba por ver, qué tomar, para la migraña escucho que alguien toca mi puerta. Digo un; adelanté.Y es, en ese instante, que mi dolor de cabeza aumenta.— Hola, tenemos reunión en cinco minutos. — Sí ya mi secretaria me informo. – es todo lo que digo, camino hacia la salida, pero Ares se interpone en mi camino me toma de las caderas y aparisiona mi cuerpo contra la puerta. Respirando en mi cuello. — Estás hermosa. – Me susurra.— Gracias, ahora déjame salir.Pero Ares párese no oírme, pues solo lo siento presionarse más, a mí, aspira mi olor. Y luego siento su lengua lamer mi cuello.— Ares alejate, ahora. — digo en un susurró, que aunque quise que sonara fuerte, solo salió como un gemido. M****a.— Tu cuerpo no me dice eso. Nena, deja de resistirte a esto que sentimos. — Solo deja que fluya. Déjame sanar tus heridas, deja que yo cure tu corazón. Déjame entrar aquí. Ares señala mi pecho, y enseguida mi sicatris arde.Como una herida latente, que nunca sanará del todo.
Último capítulo