Anna Berardi ha vivido una vida muy dura. Después de quedar huérfana y ser criada por una generosa mujer, lucha por salir adelante trabajando y estudiando. Cuando su madre adoptiva enferma, conoce al doctor Fernando Montero quien le propone un trato en el cual se beneficiarán los dos, sin saber lo que sufriría bajo ese matrimonio. En el medio, irrumpirá en su vida Alonso Ponce de León un hombre extremadamente pasional y posesivo que buscará la manera de captar la atención de la joven arrastrándola una vorágine de lujuria, amor y traición. A partir de allí Anna, deberá pasar enormes vicisitudes, para lograr la felicidad y el amor que tanto anhela.
Leer másFernando Montero observaba fijamente a su esposa mientras ella se peinaba su cabello cobrizo, sin emitir una palabra y con una actitud inmutable.
De pronto hizo una mueca de impaciencia, parándose._ Entiendes lo que te estoy diciendo o tengo que volver a explicarlo?._ dijo en tono autoritario.Era un hombre de unos 30 años, alto, poseía un cuerpo atlético ya que practicaba natación su tiempo libre, su cabello castaño combinaba perfectamente con sus ojos color ámbar, era muy guapo, sino hubiese sido médico, podría tranquilamente ser un galán de telenovelas.La mujer, dejó el cepillo en el tocador y giró para mirarlo, era realmente bella._ Será como tu digas Fernando, dame los papeles y los firmo, si quieres ya mismo me largo de aquí, este lugar es asfixiante.Anna Berardi, se mantenía erguida ante aquel hombre que en un acto de supuesta bondad, prácticamente la había tenido de rehén durante tres años en un matrimonio sin amor.Ella estaba deseosa de liberarse de él y de toda esa historia retorcida, que no había hecho otra cosa que dañar aún más su sufrida vida._ Veo que estas apurada por dejarme._ la miró fijamente._ será que ya tienes a otro en tu mente?Ella lo miró con desprecio._ Eso a tí no te importa, nunca me has prestado atención ni siquiera me hablas, traes a tu amante aquí y me preguntas si tengo a otro hombre? Eres un descarado.Le dió la espalda, ya no soportaba verlo.Su cabello cobrizo que llegaba a su cintura, le cubría la espalda que la blusa con un corte atrás dejaba ver.Fernando la tomó del brazo para detenerla, como si quisiera quebrantar la fría actitud de la muchacha, quien inmediatamente clavó sus ojos grisáceos en la mano de él._suéltame._ dijo tranquilamente. _ entendí todo perfectamente, siempre me has subestimado, crees que porque soy pobre y porque para salir adelante he trabajado en servicio doméstico, soy una tonta._ No quise decir eso... _ El la soltó lentamente._ Te firmaré el divorcio, no tengo nada que me ate aquí ya, tu madre ha muerto y la mía también. _ mantenía sus ojos fijos en el joven._ no te debo nada!... _suspiró._ ni tú a mí.Tomó su cartera y sus libros, antes de irse, espetó._ Que tu abogado prepare los papeles, firmaré todo apenas los tenga.El se quedó de espaldas como si no pudiera mirarla a los ojos._ créeme que no quedarás desamparada, como mi esposa te daré todo lo que te corresponde y más..Lo miró furiosa, ya no soportaba el descaro de su marido._ No lo necesito, dáselo a la mujer que tanto amas! puedo seguir adelante sin tu maldito dinero!._ salió cerrando la puerta tras de sí.El se mordió los labios.Se sentía molesto por la actitud de la muchacha con la que llevaba tres años casado y con la que jamás había intimado.Y no porque él no se hubiese sentido tentado, la chica era hermosa y atractiva, tenía un aura especial, solo que su matrimonio se había concretado bajo un acuerdo que él mismo redactó junto a su abogado.Se acercó a la ventana, desde arriba veía como su esposa salía caminando con sus libros y se dirigía hacia la parada del autobús que quedaba a un par de cuadras._muchacha obstinada!._ dijo ofuscado. _ cómo es que no le importa nada? qué piensa irse así, sin tener siquiera dónde vivir?Luego pensó que si en tres años no le había interesado lo que hacía ella, ahora no tendría porqué intervenir en sus decisiones.Llamó a Luis Medina, su abogado._ Fernando.._ dijo de manera socarrona._ no pensé que me llamaras tan pronto por tu divorcio!El muchacho ladeó la cabeza ._ Que caso tiene, alargar más la situación? _ sonrío levemente._ ella está más apurada que yo!Luis arrugó la frente sorprendido._ me sorprende! pensé que estaba a gusto allí o al menos eso parecía!_ Mientras mi madre estaba viva, sí._ hizo una pausa._ sabes, que se querían mutuamente , ahora ya no le queda nada aquí.Por alguna razón su pecho sintió una molestia al pronunciar esas palabras.El abogado echó su espalda contra el sillón donde estaba sentado._ Quizás sea mejor así, ella podrá hacer su vida y tú la tuya, te casarás con la mujer que siempre has querido y ella con alguien de su edad._ hizo una pausa ._ no creo que pase mucho tiempo sola! Anna es una muchacha hermosa! sino tiene un enamorado, seguramente en poco tiempo lo tendrá.Fernando quedó en silencio, le daba la sensación que su abogado estaba del lado de su esposa._ enamorado? _ dijo burlón._ te olvidas que ella firmó un contrato en donde no podía estar con nadie más?, además ella jamás se atrevería a engañarme.Luis hizo una mueca, apreciaba a Fernando pero consideraba que en este caso se estaba comportando como un estúpido._ Bien, si lo que quieres es divorciarte, te ayudaré a que todo sea lo más rápido posible... supongo que Vanesa estará apurada por convertirse en la señora Montero.Fernando puso cara de hastío, era como que todo aquello ya lo ahogaba, solo se limitó a decir:_ prepara los papeles, ella no quiere nada pero no quiero dejarla desamparada, aunque no la ame y nunca fue mi esposa realmente, siento que debo ayudarla, además mi madre se levantaría de la tumba si viera que la dejo en la calle, tu sabes que la quería como a una hija.Luis suspiró._ Todos los que conocemos a Anna la apreciamos, los únicos que no la quieren son tú y por supuesto Vanesa._ carraspeó._ haré todo cuanto me has pedido, pero créeme si ella te dijo que no quiere nada de tí, no lo aceptará. Fernando se enfureció._ Pues tendrá que! sino morirá de hambre!Luis pasó su mano por su calva cabeza._No entiendo porqué siempre la subestimas, ni siquiera sabes que hace ni lo que piensa._ respiró hondo.Quería decirle:" eres un completo imbécil" , pero sé contuvo, después de todo era su abogado y debía acatar lo que él le pedía.Ocho años después, la familia Ponce de León había crecido bastante. Milena ya tenía diez años, su hermano Mateo siete y la pequeña Emma cuatro. Fernando y Blanca habían adoptado a un niño que en la actualidad, tenía cinco años y se llamaba Lucas , pero después varios tratamientos al fin había podido quedar embarazada de Fernando y esperaba mellizos: un niño y una niña. Lucas y Emma siempre estaban juntos , eran muy amigo y compañeros. _ Estos niños algún día pueden terminar casándose_ dijo bromeando Frank. Pero nadie dijo más nada ante la mirada asesina de Alonso. _ Es mi niñita... dejen de hablar tonterías.Todos sabían lo celoso que era Alonso con sus hijas. Como había dicho alguna vez David, su amigo sería un suegro bastante complicado. Claro, no contaban con el carácter de sus hijas sobre todo el de la hermosa Milena, que aunque amaba a su papá entrañablemente y lo obedecía, no dejaría que su padre influyera en decisiones tan importantes como esas. Clara y Víctor, después d
Blanca y Fernando se casaron en Nueva York un día de semana en el ayuntamiento, en plena primavera. Anna fue su única testigo.Tanto la familia de Blanca como los demás tuvieran que esperar afuera para felicitar a los novios al momento de salir. Quizás para los demás era algo demasiado común, pero ellos no necesitaban mucho más para ser felices. Para Don Juan Martin y Carmen Olazabal esto era un regalo de la vida. ¡Por fin Blanca sentaba cabeza! _ Estoy tan feliz por ti hija mía _ le decía Carmen mientras le besaba la mejilla _ porque sé que eres feliz con Fernando, jamás te había visto así. _ Madre, descuida. No voy a arrepentirme _ bromeó ella _ No regresaré a casa, ni seré la solterona de la familia. Fernando también estaba feliz, al fin todo en su vida tenía sentido. Miró dulcemente a su esposa quien hablaba con su madre y luego miró hacia el cielo, como añorando la presencia de Dolores en ese momento.Anna lo tomó del brazo y también miró hacia arriba. _ ¿Crees que está org
Desde la suite del hotel más lujoso de Nueva York James Lee Fenton, seguía con su vida como si nunca hubiese pasado nada. O al menos, era lo que demostraba. El no había tomado la actitud de Anna como un rechazo, siempre supo que amaba a otro hombre, intentó por todos los medios enamorarla, pero no lo había podido lograr así que simplemente lo aceptó y continúó adelante. No era una persona que llevara a cuestas situaciones que le habían sido adversas, así que desde aquel día de la boda de Anna, nunca más la había contactado. Ni siquiera cuando supo que Vanesa la había atacado. Si estaba al tanto, por Peter pero siempre se mantuvo al margen, ella ya era una mujer casada y eso él lo respetaba, aunque detestara a Alonso._¿ Señor, va a necesitar algo más por hoy? _ le dijo su asistente Alan _ sino me retiro para que pueda descansar. Miró hacia afuera, había comenzado a nevar. Su día terminó temprano y por el momento no tenía mucho más por hacer. _ No ve a descansar, te lo mereces_ le
El día del cumpleaños de Alonso y Milena, todos habían podido reunirse. La pareja decidió celebrarlo en su ciudad natal, ya que en Nueva York era invierno y ellos querían que su hija tuviese una celebración al aire libre, junto a la familia y amigos. Allí estaban Clara transitando el sexto mes de embarazo junto a Victor, tendrían una niña a la que se llamarían Victoria. Diego estaba feliz de ser el hermano mayor, era un niño feliz e inteligente que estaba creciendo rodeado de amor y de una verdadera familia. Javier y Julia habían decidido casarse a mediados del año que se aproximaba, él ya se había encaminado en su profesión y ella había comenzado a dar clases. No veían la necesidad de tener que seguir esperando, eso sí lo de tener hijos lo dejarían para un poco más adelante primero querían disfrutar de su matrimonio.También estaban David y Lucy con su pequeño Liam quien ya estaba dando sus primeros pasos y palabras. Alonso adoraba a ese pequeño como si fuese suyo, iba de un lado
Unos meses después, los Ponce de León se habían instalado en un hermoso Penthouse en Upper East Side, se habían habituado tan bien a la vida allí que prácticamente parecían haber nacido allí. Ambos trabajaban junto a Frank, mientras Anna comenzaba a tomar decisiones importantes en la empresa porque Frank ya le delegaba muchas cosas a ella, Alonso comenzó a encargarse del área legal. Se sentían a gusto trabajando juntos. Muchas veces se encontraban, haciendo un parate en sus actividades para hacer el amor, eran como dos niños haciendo travesuras a escondidas de sus padres. _Ven aquí mi pequeña bribona _ le dijo apenas Anna entró a la oficina de él, mientras la apretaba contra su cuerpo _ te he extrañado toda la mañana y ahora te haré el amor aquí mismo. _ Alonso hay mucha gente por aquí hoy _ dijo la joven sonrojándose _ esperemos a llegar a casa... El sonrió de lado. _ Sabes muy bien que no lo haré _ le dijo mientras comenzaba a besarla. Cerró la puerta con llave. Cargó en braz
La boda de Clara y Víctor fue bastante atipica. Para empezar, ella se negó categóricamente a usar el tradicional vestido blanco. _ Ambos estuvimos casados, creo que eso ya no aplica para nosotros _ le había dicho a su novio._ Pues usa el vestido que quieras mi amor, es tu día el que elijas está bien _ le dijo él dulcemente _ yo solo quiero casarme contigo, no me importa lo demás. Así que fiel a su estilo, Clara había optado por un sencillo vestido en color rosa y un colorido ramo de flores el cual, había hecho el mismo Diego con las flores del jardín de su casa. Puede que Victor no tuviera mucha familia, pero con la de Clara, prácticamente se llenó el lugar. Ninguno de ellos se quiso perder tal acontecimiento y como eran una familia muy unida era su deber estar allí para acompañar a una de sus miembros en un día tan especial, así que gracias a los Romero el ambiente se lleno de buena energía, risas y algarabía.Esta vez, Anna y Alonso tuvieron que ser dama y caballero de honor, al
Último capítulo