Lo escucho susurrarme algo pero no logro oír bien.
Nuevo mis caderas más rápido dándonos más placer.
— ¡Oh... Sí, te sientes tan bien. – Me dice al oído.
Sus labios dejan los míos para darle atención a mis senos, una de sus manos masajea uno mientras que su lengua le da atención al otro.
— Necesito más... – Le digo, y pronto siento sus caderas moverse con más intensidad, y es cuando no lo soporto. Exploto en un orgasmo fuerte que me deja temblando en sus brazos, mis sentidos están nublados.
Mi respiración está muy agitada, y mi corazón quiere salirse del pecho.
Ares nos lleva a la orilla del lago, aún lo siento en mi interior, cuando estamos fuera camina conmigo hacia la cabaña dónde sin esperar más, soy pegada a la puerta, mientras sus embestidas son certeras, haciendo que de nuevo este apunto de llegar al cielo, y sus jadeos me hacer saber que el también alcanzara las estrellas conmigo.
— No puedo más... Yo... – Y de pronto; siento lo que es estar viva en sus brazos.
Ares se derrama