La sala de juntas quedó en un silencio espeso tras la partida de Damian Blackwood. Marcos y fijó su mirada en Luna, quien mantenía la vista baja, sumida en sus pensamientos. Emiliano, a su lado, tamborileaba los dedos sobre la mesa, observándola con curiosidad.
—Luna, ¿puedo saber qué fue todo esto? —preguntó Marcos con el ceño fruncido.
Luna levantó la mirada con frialdad.
—No quería esa alianza, eso es todo.
Marcos se acercó a ella, su expresión mostrando una mezcla de incredulidad y molestia.
—No me vengas con excusas, sobrina. Esa era una gran propuesta para la empresa. ¿Acaso no te das cuenta de lo que hiciste? Rechazar la alianza con Blackwood Enterprises es un golpe fuerte para nosotros.
—Acepté la propuesta de Emiliano, tío. —Con eso basta —replicó Luna con firmeza.
Emiliano alzó una ceja, sintiendo que su presencia se volvía incómoda entre la discusión familiar.
Marcos la tomó del brazo con suavidad, pero con firmeza.
—No es normal en ti actuar así, Luna. Tú siempre tomas las