Ambos hombres, Leo y Chris se habían sentado en la salita de espera de urgencias, pero, aunque Chris hizo varios intentos para entrar y estar junto a Sienna, no pudo. El lugar continuaba atestado de personas y solo permitían el acceso a un acompañante por paciente.
— Me causa mucha curiosidad saber cómo es que fuiste a parar al departamento de Sienna… — Chris comentó a modo de interrogatorio, indirecto pero certero.
— He… — El Alfa dio un par de vueltas en su cabeza buscando algo muy… humano que decir — En realidad, los seguí desde el club.
Los ojos iban a salírsele de las órbitas al empresario al escuchar eso. ¿Qué había hecho qué?
— ¿Nos seguiste? Pero, ¿Por qué? — Con expresión de cuidado, ¿Acaso estaba frente a un psicópata o algo parecido? ¿Quién carajos sigue a la gente a media noche así, por así?
— No me mire con esa cara, señor Brown, es que me pareció que su auto estaba presentando una falla — Justificó con cualquier excusa.
— Pues… gracias, creo…
— Estaba saliendo del estaci