Capítulo 52 —Mi refugio
Narrador:
El coche avanzó con lentitud por el sendero curvado de tierra, iluminando los árboles a cada lado con sus faros. El motor se apagó justo frente a la casa, y por un segundo, solo quedó el sonido del viento entre las ramas y el fuego crepitando a lo lejos dentro de la chimenea.
Cédric se acercó sin apuro, con las manos aún en los bolsillos y el corazón palpitándole como si no tuviera ningún entrenamiento para disimular. Se detuvo junto a la puerta del chofer, la abrió con un gesto natural, como si no estuviera al borde de la respiración contenida.
Desirée giró el rostro hacia él. Su expresión era neutral, pero sus ojos… sus ojos decían que también estaba conteniéndose.
Descendió del coche con lentitud, no por efecto, sino porque el momento lo exigía. Llevaba puestos unos jeans ajustados, zapatillas deportivas, una sudadera gris que parecía demasiado cómoda como para ser accidental. El cabello recogido en una coleta alta le despejaba el rostro. Estaba com