31. Decisión
POV: Lisseth Lancaster
Habían pasado tres días desde aquel momento… tres eternos días en los que no había vuelto a ver a Alejandro. Ni una vez.
Y, en el fondo, lo agradecía. No sé si hubiera podido resistir que volviera a mirarme con esos ojos. Vacíos. Fríos. Como si no me conociera. Como si nunca me hubiera amado.
Tenía miedo. Miedo de que volviera a hacerlo. De que sus palabras, tan duras y ajenas, se clavaran otra vez como cuchillos en mi pecho. Me sentía como una extraña en ese lugar que alguna vez había sido mi hogar… ahora, era solo una prisión sin barrotes, pero con mil sombras.
Pensé tantas cosas en estos días. No dormía. Apenas comía. Daba vueltas como un fantasma, preguntándome qué debía hacer, cómo debía actuar.
Cuántas veces quise huir. Escapar. De él. De todos. De este mundo podrido. Y ahora… ahora que tenía la forma, que por fin tenía una salida… no lo hacía.
No podía.
Porque Alejandro seguía ahí. Herido. Solo. En manos de esas serpientes que fingían quererlo mientras lo