39. Amenazada en silencio
POV: Lisseth Lancaster
Los primeros días de recuperación en la mansión fueron más difíciles de lo que imaginé. No solo por el dolor físico o por el reposo obligado, sino por esa sensación constante de que alguien me observaba. Era como si no pudiera estar sola, como si unas sombras invisibles me rodearan incluso cuando la habitación estaba vacía.
Al principio pensé que eran paranoias mías… secuelas del trauma, del miedo. Pero no. Lo sentía con claridad. Cada vez que me levantaba al baño, cada vez que me quedaba dormida y despertaba de golpe. Ese escalofrío en la nuca… ese silencio extraño. No estaba loca. Había algo.
Esa mañana, al levantarme de la cama y cruzar la puerta, lo vi: un pequeño papel en el suelo.
Alguien lo había dejado ahí a propósito. Lo supe de inmediato.
Me agaché con el corazón acelerado, y al leer su contenido, me paralicé. Una mezcla de rabia, miedo y desesperación me invadió de golpe. Sentí un escalofrío recorrerme la espalda, como si el peligro estuviera más cerc