Zoe subió la mirada, observó a su hermano y comprendió que estaba a punto de cometer una gran estupidez.
Ella se puso de pie y se acercó a Max, para hablarle lo suficientemente cerca como para que nadie escuchara.
—¿Qué estás intentando hacer? —Max se mantuvo serio, el ver a su hermana sufrió algo que le partía el corazón.
—¿No es obvio? Ocuparé la presidencia ya me cansé de que él sea el que lo haga.
—Está no es la forma. Ven conmigo afuera. No voy a dejar que dejes a Rafael en ridículo.
—La única que está quedando de ridículo eres tú, despierta, Rafael solo te está haciendo daño.
Rafael sonrió de medio lado, Max estaba realmente sofocado ante su presencia entre cada cosa y faltaba muy poco para que explotara. Pero… él no le tenía miedo.
—Como bien dijo Max, habrá algunos cambios. Él se incorporará en la empresa, trabajará con nosotros a partir de ahora. —Rafael agarró los documentos en sus manos—. Y como ya di el anuncio importante, ahora seguiremos con los resultados hasta la