Max asintió, con una sonrisa agria que quería retirar rápidamente de su rostro.
—¿Entonces es tu decisión Abigail… decides quedarte con él, escogerlo a él? —Max pronunció con un nudo en su garganta.
Rafael soltó una enorme carcajada, agarró de las manos a Abigail como si temiera perderla en cualquier momento.
—No soy una decisión en su vida… soy su vida. Ahora te pido que te alejes de ella y de mi hijo.
Max apretó con fuerza sus manos formándolas en un puño.
—¿Su vida? Crees que tienes derecho de aparecer en su vida luego de tanto tiempo, y reclamar su vida como tuya. Eres un cínico… y tú Abigail… tú no eres así…
Max gruñó. Sentía impotencia, sentía desesperación.
Tenía a las dos mujeres que más amaba en la vida completamente perdidas por el nombre que solo estaba jugando aparentemente con ellas.
Abigail bajó su rostro, no le gustaba perder a un buen amigo como lo era Max.
—Siempre he vivido con miedo, toda la vida he vivido ocultando lo que siento, dejando a un lado lo que