Volví a cambiar de número, me hice un nuevo perfil en mis redes sociales donde tenía un nombre distinto, mientras tanto estaba ocupada buscando trabajo, vendiendo cosas como artesanías(collares, pulseras, aretes) y repostería para sobrevivir. A veces no ganaba mucho, apenas me alcanzaba para pagar la renta en otras ocasiones algún pequeño gustito, sin embargo me sentía mucho mejor que cuando estaba atrapada en la mansión, no me importaba tener tantos lujos materiales solo tener paz y ser feliz. Para eso no necesitaba muchas cosas, lo que me hacía sentir bien era no tener que soportar la humillación de vivir al lado de una persona que esperaba mi muerte para estar con alguien más, era muy básico realmente.
Un día vi un anuncio en el periódico sobre un puesto de Gerente de Desarrollo Humano en una multinacional que acababa de llegar a la costa, a lo que envíe mi currículum sin dudarlo rezando porque me llamaran. Por suerte no pasaron muchos días hasta que se comunicaron conmigo para