Mundo ficciónIniciar sesiónLa puerta de la UCI casi se sale de sus bisagras cuando Marcus Thorne la cerró de un golpe, su respiración era agitada y superficial, tan ruidosa que hasta Giselle, que caminaba con dificultad sobre sus tacones por el pasillo del hospital, se encogió.
"¡Esa perra!" rugió Marcus, sin importarle que la gente se girara a mirarlo "¡Esa mosquita muerta! ¿De dónde demonios sacó esa estupidez del Fondo Fénix?"
Giselle se apresuró a alcanzarlo, tratando de sonar consoladora, aunque su voz destilaba un miedo disimulado "Cálmate, Marcus, tal vez es un farol, no tiene sentido ¿Ariadna? Si esa mujer supiera sumar dos y dos, no se habría casado con un adicto al trabajo como Ethan."
Marcus se detuvo abruptamente, sus ojos oscuros y fríos brillando con una furia irracional "¿Un farol? ¿Viste los documentos, Giselle? Estaban notariados ¡Estaban sellados! Ella no los falsificó, Ethan se los dio ¡El idiota se los dio!"
El resentimiento que sentía hacia su hermano, que siempre había sido la sombra perfecta y exitosa que lo opacaba, se elevó hasta la garganta, Marcus había dedicado años a vivir bajo el ala de Ethan, fingiendo lealtad mientras esperaba que un error, una debilidad, una enfermedad... o, en este caso, un accidente, le entregara el imperio en bandeja de plata, había planeado cada movimiento: el divorcio, el control médico, la venta de activos, todo para finalmente dejar de ser "el hermano de Ethan" y convertirse en "El CEO Marcus Thorne".
Pero Ariadna, la mujer que apenas hablaba en las cenas de Navidad, acababa de desbaratar su plan maestro en menos de cinco minutos.
"El maldito contrato estaba diseñado para que ella no recibiera nada significativo. ¡Nada! ¡Un cheque de lástima! Ella tenía que ser una carga, un lastre, no una accionista mayoritaria. ¿Por qué le dio ese poder?" Marcus golpeó la pared con el puño, ignorando el dolor.
Giselle, la mente más pragmática del dúo, habló con voz más baja "Tal vez es un seguro, un plan de emergencia si algo le pasaba a él, pero no lo previó para que ella lo usara, lo importante ahora es la junta directiva de mañana, si ella tiene los votos de Ethan, nos puede vetar en todo, la van a etiquetar como una intrusa sin experiencia."
"Tienes razón," siseó Marcus, recuperando un poco la compostura "La junta, ahí es donde ella tiene que romperse, una cosa es gritar en un hospital, y otra es enfrentarse a los depredadores de Thorne Corp., es solo una esposa."
Marcus sacó su teléfono y llamó a su abogado de cabecera, su voz se volvió cortante, profesional, aunque la ira seguía hirviendo bajo la superficie.
"Quiero que se reúnan todos los documentos sobre Ariadna Vega, desde el día que nació hasta hoy, su educación, sus cuentas bancarias antes del matrimonio, cada recibo, cada compra, ¡Necesito algo para desacreditarla mañana! Y quiero que revisen la legalidad del Fondo Fénix necesito la etiqueta para pegársela: 'Usurpadora' o 'Estafadora'."
Colgó el teléfono y miró a Giselle "Tú eres el drama que necesito ahora, mañana, frente a la junta, debes aparecer para recordarle a todos que Ariadna era la esposa engañada, debes insistir en que Ethan la despreciaba, la vamos a humillar públicamente, si los miembros de la junta la ven débil o emocional, votarán con nosotros."
Giselle sonrió con malicia, esto sí era su territorio, drama, humillación y venganza social "Será un placer recordarle a esa pálida que no tiene nada de experiencia ni carisma, lo único que tiene es la cama de un hombre moribundo."
Mientras se dirigían a la salida del hospital, Marcus comenzó a sentir el peso del tiempo, la junta era en menos de doce horas, su fracaso de hoy había sido una advertencia brutal: Ariadna no era la víctima pasiva que todos creían, ella había estado operando en las sombras.
Ya en su penthouse, Marcus y Giselle revisaban febrilmente los archivos de la corporación, el abogado de Marcus le había confirmado algo aterrador por teléfono: legalmente, Ariadna tenía la sartén por el mango.
"No encontramos nada, Marcus," dijo el abogado por altavoz "La compra de acciones del Fondo Fénix fue impecable y el poder notarial de Ethan es completamente legal, la ha blindado."
"¡Imposible! ¡Tiene que haber una cláusula! ¡Un tecnicismo!" gritó Marcus.
"Solo uno, señor, el poder notarial es para accionista no ejecutivo, ella tiene que demostrar que tiene las capacidades ejecutivas para dirigir la empresa, o la junta puede pedir una moción de 'incapacidad directiva' y nombrarlo a usted."
Un rayo de esperanza cruzó el rostro de Marcus "¡Perfecto! ¡Eso es! Mañana la voy a destrozar con preguntas de contabilidad, de proyecciones, de manejo de crisis, ella es una diseñadora de interiores a tiempo parcial, no podrá responder a nada ¡La vamos a enterrar en tecnicismos!"
Marcus se sentó en el sofá, bebiendo un whisky añejo, mientras Giselle consultaba las redes sociales, buscando algo que pudiera usar.
"Mira esto, Marcus," dijo Giselle con una sonrisa cruel, le mostró a Marcus una vieja foto de Ariadna de la universidad, donde se veía más llenita y con gafas de pasta, en una pose incómoda.
"¡La eterna etiqueta! La 'patito feo'," se burló Marcus "La usaremos para recordarle a la junta que ella es la 'nadie' que Ethan tomó por obligación."
De pronto, Giselle palideció, su sonrisa desapareciendo "Marcus... tienes que ver esto."
Señaló la pantalla de su laptop, una alerta de noticias de última hora parpadeaba:
🚨 Breaking News: El Fondo Fénix (propietario del 15.1% de Thorne Corp.) anuncia una donación masiva de 100 millones de dólares para la investigación neurológica en el Hospital St. Jude, donde el CEO Ethan Thorne está hospitalizado. El 'Oráculo Anónimo' envía un mensaje a la Junta: "Yo decido invertir en el futuro. Empiecen por la vida."
La noticia era un golpe maestro de relaciones públicas, Ariadna no solo había confirmado su identidad, sino que había invertido el estatus social, en lugar de ser la mujer que toma dinero, era la inversora generosa que se preocupaba por la vida de su esposo, le había quitado la etiqueta de "usurpadora" y se había puesto la de "salvadora".
Marcus sintió que el suelo se le hundía, su furia se convirtió en un terror frío.
"Lo sabía, esa mujer... no es normal," jadeó Marcus. "¿Cómo pudo moverse tan rápido? ¿Cómo supo que íbamos a atacarla por el lado de la 'incapacidad'? Ha estado planeando esto ¡Ha estado jugando el juego de Ethan!"
Marcus se puso de pie, derramando el whisky "Mañana, en la junta, no importa lo que haga, la vamos a aniquilar, la vamos a humillar hasta que se retire, no voy a permitir que la mujer que ni siquiera fue amada por mi hermano me robe el destino que tanto he esperado."
El villano estaba listo, la rabia, el miedo y la codicia lo impulsaban a un enfrentamiento directo, solo esperaba que Ariadna se rompiera bajo la presión de las finanzas, o la humillación de Giselle.







