—Esta es la cereza del pastel, DuPont. —El simpático Alfa que no había parado de bromear al principio, ahora permanecía serio. —En mi último día vigilándolos, vi como Bell contraía matrimonio con una Omega y éste lo aceptaba frente a los padres de Jackson.
Hana sintió que por un segundo, su corazón dejó de latir. En ese momento, todo, absolutamente todo, su mente y sus pensamientos, se quedaron en blanco.
«Te odio, Jackson Bell»
Antes de que preguntaran, Hana se puso de pie y sin decir una sola palabra corrió fuera del despacho. Escuchó a Adrien llamarla, pero Hana lo ignoró. No iba a llorar otra vez, Jackson no merecía sus lágrimas.
Por primera vez en su vida sintió la ira correr como fuego ardiente por sus venas, corriendo por los pasillos, sin importarle las curiosas y confundidas miradas de sirvientas y guardias... Sólo una cosa rondaba por su mente en ese instante.
Entró furiosa a la habitación que ella y Adrien llevaban semanas compartiendo, abriendo con brusquedad la puerta. Bu