Desde el momento en que Adrien DuPont cruzó el umbral del salón, todo se detuvo. Había algo en él que diferenciaba a los Alfas líderes de los Alfas comunes. Su mera presencia comandaba respeto. No era solo su estatura, aunque Adrien era notablemente más alto y corpulento que la mayoría de los presentes. Sus músculos eran más definidos, su postura más firme, pero lo que realmente lo hacía destacar era la energía casi palpable que irradiaba. Una fuerza que no se veía, pero que todos sentían.Jackson, por más Alfa que fuera, era insignificante en comparación. Adrien, como Alfa líder, pertenecía a una clase distinta. No solo gobernaba sobre una manada poderosa, sino que su linaje le otorgaba una autoridad que nadie podía desafiar. Los Alfas líderes eran diferentes: más fuertes, más grandes, más letales en combate. Era una ley tácita entre las manadas que enfrentarse a un Alfa líder era como desafiar a la naturaleza misma.Jackson lo sabía. Y aunque la furia lo carcomía por dentro, sabía q
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