Emil.-
El ruso nos había dado la ubicación exacta del bunker, nos dio seguridad que allí era donde se escondía Yuri, un territorio que no habíamos explorado, el escondite sí que estaba oculto.
Una mina abandonada, que a simple vista no tenía nada, la fachada perfecta, iba a despellejar a Yuri con mis propias manos, si se atrevió a matar a mi hijo y tocarle un solo cabello a Nadia, su tortura sería muy lenta.
— Los hombres ya están posicionados –Desmond llega, colocándose el chaleco antibalas–. da la orden.
— Desmond es Nadia la que está ahí si mi hijo ya nació…
El nudo se forma en mi garganta, Yuri tiene la ventaja, si el bebé nació lo debe tener alejado de Nadia.
— Lo sé y nuestros hombres también lo saben, no dejaran que nada le pase a su jefa
— Ya nos traicionaron una vez.
— Esta vez no pasará –comenta con calma, tratando de tranquilizarme.
— Que inicien el ataque.
La primera explosión detonó causando una humareda, los explosivos y las granadas iluminaron la noche haciendo