Lina.-
— Te va muy bien con el General –Nadia se acerca con sigilo, mientras me ofrece una copa de champagne–. ¿qué te pareció?
— Es ambicioso, no está en la posición en la que está solo por sus méritos, su moralidad es… algo cuestionable, dada su manera de aferrarse a mi cuerpo mientras bailábamos.
— Desmond está aquí –me suelta sin ningún tacto–. y no estaba muy feliz,
— Lo sé, lo vi cuando entró al salón, nunca le ha gustado mi misión, de igual manera no es mi dueño, él se acostó a pocos metros con el primer par de piernas que se le insinuaron que yo haga lo mismo no tiene por qué afectarle.
— ¿De verdad crees que Desmond se acostó con la rusa?
— Ella lo dijo muy bien
— Yo podría preguntarle a Emil
— No –la interrumpí–. no es necesario, el silencio de Desmond fue confirmación suficiente, si yo realmente le importara le habría cortado la lengua a la rusa por mentir y él solo se quedó parado mientras ella le pasaba la mano por el pecho.
De solo recordar esa imagen siento como