Lina.-
Cuando salgo de la habitación con los tacones en la mano me topo con Emil y Nadia devorándose en medio del pasillo no puedo evitar sentir envidia de esos dos, me aclaro la garganta para que noten mi presencia, ambos se separan sobresaltados.
— ¡Amiga, hola! ¿Qué haces?
— Sí, ¿Qué haces aquí? Lina, deberías estar con el general –pregunta Emil limpiándose el labial de la boca con el pulgar.
— Espero que con eso te refieras a hablar con él y no…
— ¡¿Qué cosas?! Claro que es eso –responde Nadia ofendida–. jamás te obligaríamos a… acostarte con alguien.
— Disculpen, volveré al salón, tengo información importante de ese general sigan en… lo suyo.
Les paso por el lado, terminando de colocarme los tacones y entro a un tocador me arreglo el cabello, retoco mi labial rojo sangre y por último aplico un poco más de perfume.
Al llegar al salón observo mi objetivo, lo veo hablando con dos empresarios de la tecnología, camino frente a ellos captando su atención, me detengo en la barra