—Dan, no pasa nada. Estoy bien. Vete —replico. Luego miro al resto del grupo—. Váyanse todos, por favor.
Pero nadie se mueve.
Nick me sujeta con más fuerza.
—¡¿Qué coño crees que voy a hacerle?! —grita—. ¡Esta mujer es mi vida!
Me echo atrás ante su fiera declaración, igual que los demás, igual que Dan. Si soy su vida, ¿dónde carajo se ha metido estos cuatro días? ¿Por qué me ha follado como si no fuera más que un objeto? ¿Y por qué le ha metido mano a otra en el bar? Me suelto y doy un paso atrás. Miro a mihermano, aunque no sé por qué. Tal vez en busca de consejo, porque no sé qué hacer. Él niega sutilmente con la cabeza. Es su forma de decirme que no monte una escena. Mi lado peleón me está gritando que no le consienta dejarme mal, mientras que mi pequeño lado sensato intenta tranquilizarme y me aconseja que no me deje en mal lugar yo solita.
La mirada de Lucas me anima a acercarme a él, le doy un tirón a su camisa y, en un acto estúpido de desafío, tomo su copa de vino y me la beb