—¡Apártense! —grito empujándolos para poder pasar.
Me dirijo a la pista de baile y no tardo mucho en encontrar lo que busco. Recibo muchas ofertas cuando me levanto el bajo del vestido, pero no voy a elegir a cualquiera. Contemplo unos segundos la selección y me decanto por un hombre alto, moreno y de ojos azules. Está muy bueno. No me planteo que me rechace. Me acerco a él, le dejo que me vea bien y le paso la mano por el cuello. Me acepta encantado, me mete la lengua en la boca sin dilación y me rodea la cintura con el brazo. Me regaño mentalmente por pensar lo bien que se le da y no tardo en fundirme con su ritmo, hasta que de repente desaparece.
Abro los ojos y veo que el extraño le está poniendo a Nick cara de pocos amigos.
—¡¿Y tú quién eres?! —grita sin poder creérselo, a lo que mi hombre responde propinándole un puñetazo en toda la nariz... De los que duelen.
Observo horrorizada cómo le sale un chorro de sangre de la nariz que salpica por todas partes.
Sin embargo, eso no lo d