Habían pasado dos días desde la última conversación de Iris con su madre, y la ansiedad la consumía poco a poco. No sabía cómo manejar las emociones que la asaltaban cada vez que pensaba en lo que estaba por enfrentar. Menos aún con Hugo cerca. Ni siquiera lo había invitado a su graduación, y ahora, con sus amigas y su madre creyendo en la supuesta relación, sería extraño que él no asistiera. Aunque todo fuera una farsa, no quería que lo juzgaran como un mal compañero.
Debía decírselo y, mientras tanto, cruzaba los dedos para que estuviera disponible la noche del jueves. Sin embargo, algo más la inquietaba, sabía muy poco sobre él. Más allá de que era oncólogo y poseía un auto que claramente no correspondía a alguien con problemas económicos, Hugo seguía siendo un misterio. Aún le parecía increíble que hubiese aceptado mudarse con ella, y la curiosidad comenzaba a consumirla.
Durante su descanso en el trabajo, Iris decidió buscar información sobre Hugo en internet. Tal vez había algo