Capítulo 36

El fuego dorado ardía en el centro del jardín.

Las raíces se alzaban como columnas vivas.

Las piedras lunares vibraban con una intensidad que hacía temblar el suelo.

Y la manada… no se movía.

No por miedo.

Por éxtasis.

Kaeli aún sostenía el rostro de Daryan entre sus manos.

La marca recién trazada brillaba como si cantara.

—¿Lo sientes? —susurró ella.

—Como si mi cuerpo ya no fuera mío —respondió él—. Como si tú estuvieras en cada parte de mí.

*

Neyra se acercó, con los ojos húmedos.

—No sabía que el amor podía hacer esto.

Thalen la abrazó.

—Porque no es solo amor. Es memoria viva.

Selin se arrodilló junto a Marek.

—¿Crees que nosotros… podríamos tener algo así?

Marek la miró.

—Si no lo tenemos ya… entonces que esta noche lo construya.

*

Ilyra se colocó detrás de Kaeli.

—¿Sabes qué acabas de hacer?

Kaeli la miró.

—¿Revivir una marca?

Ilyra negó con la cabeza.

—No. Acabas de convertirla en carne.

Rheon se acercó.

—Y ahora… todos la llevamos.

*

Las brujas de Elaren comenzaron a entonar
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