Tres años de estar casados y nunca había visto a su esposo, tres años de ser ignorada por él, tres años en los que ella solo rogaba por poder siquiera verlo una vez y pedirle ayuda de su terrible familia, pero él jamás se presentó, él jamás estuvo allí para ella.Pero ahora justamente cuando le pide el divorcio este aparece, pero no espera buscarla a ella, es para buscar a su hermanastra, para llevar a su hermana consigo a pesar de todo, esto es algo que jamás Blair se lo perdonara, esto es algo que a como dé lugar ella se vengará, que importa si es una confusión, que importa si ahora está arrepentido, Blair solo quiere una cosa del CEO Campbell y eso es divorcio.
Leer másBlair caminaba con su exquisita figura rumbo al ascensor, y con cada paso que daba mostraba lo inquieta que se sentía en aquel momento, y a pesar de su belleza envolvente la chica no se mostraba llena de inseguridad por el hecho de entregar aquellos papeles que tenía en su mano, su temor era otro, aquel de poder conocerlo a al fin, no podía creer que después de tres años ella al fin tuviera las fuerzas suficientes para llegar a conocerlo, de poder presentarse ante él frente a frente.
Temía por su reacción, temía por sus palabras, pero sobre todo temía por su mirada, temía por qué al llegar a sentir su mirada fuera tan parecida a aquellas que salían en fotos del periódico y de las revistas, solo mostrará rechazo hacia su persona, que solo demostraran que él solo había hecho aquello por la simple y llana razón de una promesa a su abuelo, que no sentía más que un sentimiento de fastidio y la observara como si no fuese más que una caza fortuna, no más que una mujer interesada que solo lo utilizo para poder librarse de muchas cosas.
Aunque si ella lo pensaba bien, era tal cual, ella había usado aquello de cierta manera como un método para poder librarse de algunas cosas, para poder cumplir con un deseo de aquel anciano, pero ella nunca imaginó que su vida se mostraría de una manera tan irónica, que no fuese más que un sinfín de burlas y sentimiento de soledad, un sinfín de rechazos y de duelo.
Por no ser más que una esposa abandonada, no ser más que la patética chica que jamás había conocido a su esposo a pesar de los años, por esa razón justamente cuando llegó a pasos indecisos hacia una hermosa chica rubia que se mostraba bastante ocupada, pero a la vez en cada respirar demostraba la seguridad que a ella obviamente le faltaba, pensó.
“seria esto necesario” “si claro que lo es” así que ahora mismo habla, no seas patética” curiosamente aquello era algo que solía hacer desde que dio el primer paso en aquel enorme edificio.
—Umm… Disculpe… Disculpe… ¿Señorita? Disculpe…-La mujer levantó su mirada hacia ella, en la que demostró que no estaba para nada conforme con observar a dicha presencia, en la que le dio un recorrido de pies a cabeza, indicando lo poco digna que le parecía al estar frente a ella
—¿Si dígame? ¿En qué puedo ayudarla? —Sus palabras, parecían ser toscas y demandantes, algo que hizo que Blair se sintiera aún más insignificante.
—Busco… Al señor Neo Campbell…—La mujer levantó una ceja de manera despectiva hacia ella, mientras parecía que Blair solo le había contado un mal chiste.
—El señor Campbell no se encuentra recibiendo visitas el día de hoy… Así que ya puede marcharse…—Cada palabra era digna como de una reina a una plebeya.
En el que Blair, no sabía cómo afrontar dicha respuesta, no es como si esperara que aquel supiese que ella estaba allí, es más, sospechaba que ni siquiera sabía su nombre, o que saliese justamente al escuchar su nombre y recibirla como de la realeza.
—¿Hay manera de que usted pueda darle unos documentos? —La hermosa chica de rasgos finos y dulce rostro, le pasó aquel sobre que con tanto esfuerzo sostenía en su mano.
Aquella rubia sin sospechar, simplemente aceptó llena de disgusto y observo como aquella no parecía dispuesta a partir de una buena vez, pues nada en aquella chica contrastaba con el lugar lleno de elegancia y refinamiento
—¿Hay algo más que pueda hacer por usted señorita? —Sin duda alguna tampoco era una cortesía, era una manera de decirle, “solo lárguese de una buena vez tiraré sus papeles a la basura”
Blair no podía permitirlo, no podía simplemente perder aquello, solo esos papeles le habían costado una fortuna, si los perdía, si lo hacía no sabía cuándo lograría obtener el dinero de nuevo, por lo que trago en seco y hablo ahora con un poco de más fuerza, tal vez con poco más de presencia, podrían tomar en serio aquella petición.
—Si… El señor King está esperando por estos papeles, si no los recibe pronto corre la posibilidad que usted pierda su trabajo, no queremos que eso ocurra, así que agradecería su pronta entrega…—Todo no era más que mentiras, no más que una estrategia, su mejor amiga siempre solía decir que un poco más de fuerza al hablar y mirar a los ojos cuando lo haces con ello lograrías que simplemente te creyeran.
Cosa que pareció funcionar, pues la rubia se había puesto tan pálida como un papel y al ver su ropa sencilla y su aspecto tan joven, posiblemente creyó que se trataba no más que de una repartidora y no una acosadora de aquellas que visitaban constantemente al gran Neo Campbell, por lo que asintió con convicción y hablo con un tono bastante formal.
—Así será, a más tardar en unos minutos se entregará aquellos documentos al señor Campbell—No había mucho que hace o decir
Blair no quería estar más en el aquel lugar, por lo que solo asintió con tranquilidad y rogó a todo lo divino recibir pronto la respuesta, ya que con ello daría por saldada no solo una deuda con ella misma, también con aquel anciano al que le prometió que estaría el tiempo necesario casada con su nieto, el tiempo que ella consideraba que ya había llegado a su límite.
En el ventanal de la oficina principal de la torre de la ciudad A, un hermoso hombre de facciones perfectas y masculinas, se encontraba observando aquellas personas que pasaban por las calles, en el que desataba su costosa corbata que hacía juego con su perfecto traje de sastre el cual había sido solo diseñado para él, solo lo mejor de lo mejor.
Nadie podía cuestionarlo, él era el dueño y soberano por así decirlo de aquella ciudad y aunque había estado en el extranjero por tanto tiempo nadie podía indicar que aquel no era más que un rey sin corona, era el gran dueño de cada uno de los rincones de la ciudad A y todos más que encantados se arrodillaban a sus pies y suplicaban por su presencia al ser el hombre más poderoso de todos.
Neo Campbell, era el sueño de toda mujer, un hombre adinerado, inteligente y muy culto, de una de las mejores familias de la ciudad B, el hombre que ahora recién llegaba a la ciudad A, para iniciar negocios en el lugar, un hombre que era conocido a nivel mundial por ser uno de los mejores empresarios a pesar de su corta edad, sin contar que aquel no se veía intrincado en ningún tipo de escándalo, pues su vida privada, se mantenía en eso precisamente, muy privada y consideraba que incluso de el mismo.
—Señor… Aquí traje todos los documentos que había pedido, más otro que me ha indicado la recepcionista que fue dejado para usted… Ya fue revisado por mí y me gustaría que le diera un vistazo, ya que parece urgente…—Neo alejó sus miradas grisáceas de la inmensa ventana y observó al hombre de lentes frente a él.
Harry White, era el asistente y mano derecha de el gran Neo Campbell, quien había acompañado al hombre desde el inicio de su carrera demostrando así, que Neo no tenía que preocuparse por nada mientras que Harry estuviera a su lado, por esa simple razón al ver la expresión insegura de su asiente sin decir palabra alguna, como de costumbre de parte de Neo, este se acercó y observó aquel papel que al parecer tenía nervioso a su asistente, más cuando noto la mirada severa de su jefe y la muestra fija que aquello iba a terminar tan bien como él esperaba.
—¿Dónde está? – sus palabras habían salido cortas y bastante determinadas, mientras que su asistente no sabía cómo responder a ello, pues la verdad fue que cuando llego, ya la señora de Campbell se había marchado.
—No lo sé señor… solo sé que se lo entrego a Tiffany y ella le indico que usted no estaba disponible el día de hoy según sus órdenes …—Neo levantó su mirada hacia Harry.
Quien parecía nervioso mientras acomodaba sus lentes y parecía querer alisar su traje de manera desesperada, solo una manera terrible de poder controlar los nervios de tratar con aquella fiera que lo observaba como si se lo fuese a tragar de un solo bocado.
—Ella no es cualquiera…—Aquellas habían sido las palabras de Neo en lo que Harry tragó en seco y se preocupó de manera inmediata, pues no quería ser chivo expiatorio de él durante su enojo.
—Lo lamento, señor… iré de inmediato por ella…—Neo levantó su mano y negó con la cabeza, en lo que hizo un gesto con la mano para que su asistente saliera de su oficina.
Mientras leía con mucho ahínco una y otra vez aquel documento que tenía en sus manos, lo cual al solo leer el título su rostro había denotado asombro y decepción, al lograr ver SOLICITUD DE DIVORCIO encabezando aquel papel, que ya se encontraba firmado por ella, aquel que, en pocas palabras, solo le indicaba que había llegado demasiado tarde hacia ella.
—Blair… ¿Tendrás a otro hombre en tu vida? ¿Dejarás a tu esposo de lado?
--Creía que tenías una visita, imagine que no vendrías en días.--La verdad es que no es exactamente mi visita, un amigo vino a pedir ayuda a nuestros padres, por lo que estar allí es bastante tedioso, creo que no tengo talento para eso de lo que es requerida la gran Blair de Campbell.Elie no comprendió que hablaba su amigo, pero entonces este sonrió con aquella malicia suya, y hablo en un tono algo despreocupado.--Por esa razón decidí que necesito una madrugada distinta, algo que no me cause tanto caos, iniciaremos la universidad pronto y viajaremos al extranjero, por lo que considero que debería tener un paseo.Elie frunció el ceño, ¿Acaso había ido a despedirse? Fue entonces cuando observo como su hermana corría hacia ellos, esta parecía preocupada, pero al ver a Abigaíl corriendo hacia ellos, comprendió que en realidad no iría solo.Al parecer había ido por Abigaíl, aquello era de esperarse, pero entonces Amara venía corriendo hacia ellos, esta tenía una inmensa sonrisa mientras
Abigaíl veía aquel lugar tan antiguo y lejano, era como una parte de su infancia que siempre tendría en su corazón, cuando eran solo su madre y ellos.Cuando solía ir a la pizzería de la esquina a hablar con los empleados y comer un poco, cuando venía cada mañana o tarde después de la escuela a practicar karate con Elie y su padre.Las palizas que recibió constantemente André en aquel lugar de parte de Elie, quien era su más servil rival.Cada una de aquellas cosas lograban hacer que el corazón de Abigaíl se estrujó cuando todo era más fácil, cuando su mayor preocupación era los caos de su madre y su nuevo padre.Aquel hombre que había llegado a cambiar sus vidas por completo, aquel que no solo le dio la felicidad a su madre más sublime en todos aquellos años y estaba segura de que los que faltaba.Cuando comprendió que la vida no era tan magnífica y clara como alguna vez, cuando comprendió que ella era alguien tan cruel y sublime que nunca sería capaz para nadie y mucho menos para él
El silencio invadía el lugar, Abigaíl, no había dicho una sola pablará, esta solo estaba allí, Neo hablaba por teléfono, mientras que Harry conducía, este no decía una sola palabra.La verdad era que no veía la necesidad, comprendía que el silencio del lugar era al parecer más que tranquilo, Abigaíl observaba por la ventana del lugar con mucho ahínco.Como si las personas, los autos y todo lo veía a su paso, le daría las respuestas en su cabeza, mientras que Amara, estaba demasiado concentrada, tal vez pensando en que excusa inventaría en su escuela.Era más que seguro que la expulsarían, todo porque ella quería cambiarse de escuela, ahora no solo el señor Campbell, tendría que pagar los daños de aquel incendio causado, también tendría que soportar la cátedra que le darían en la escuela.Sin duda alguna, aquella niña sería la perdición de su jefe, fue entonces cuando noto como Abigaíl daba un largo suspiro, Harry se preguntaba si lo que ocurría con la joven dama, sería por causa de su
Blair observó a su esposo, aquel se encontraba en la entrada del lugar, Amara estaba a su lado, en lo que la pequeña niña hizo un gesto lleno de dolor, mientras que su padre solo la acerco a él, mientras la tomaba de los hombros.Neo no sabía qué ocurría, la verdad era que los gemelos habían llegado hacía tan poco, pero cada que los visitaba notaba los cambios en sus hijos, sus respetivas personalidades adultas florecían a cada día, y aunque bromeara con su esposa indicando que se sentía viejo al ver a sus hijos tan grande.La verdad era que sentía una terrible angustia, sus hijos serían muy pronto no solo adultos, también terminarían de demostrar que hizo en ellos los traumas de la infancia.Mientras él podía ver a su preciosa hija, aquella que tanto amaba, como está, su mayor temor era entregarse a alguien, que solo aquella persona, escapase de sus manos, por ser quien era.Por lo que poseía en su interior, no mentiría que él también llego a tener aquel temor, que su esposa simpleme
Los años habían pasado, la vida había sido justa, amable y bondadosa con los Campbell, sus hijos ahora eran casi unos adultos, por lo menos eso solía decir Blair.Mientras que Neo ya los llamaba adultos, personas que podían valerse por sí mismo, por lo menos Abigaíl solía decir que ella sí, la chica había hecho una fortuna, aquel reto de no poder propuesto por Andy cuando era una niña.Sobre el hecho de que una pequeña “tonta” como este le decía, no podía hacer una fortuna a sus dieciocho años, había sido no más que una humillación para el pequeño niño.Pues su hermana gracias a la ayuda de su amado tío Jacob y una Alison bastante buena en negocios, sin contar su querido tío Andrew, quien se encontraba de viajes recientemente con unas de sus novias.Había logrado conseguir aquella fortuna, invertir su dinero, aquel que solía darle su padre y todos lo que supieron que haría negocios, en lugares lucrativos.En aquel momento, Abigaíl contaba con la ayuda de su padre, quien solía ayudarla
Habían pasado cerca de cinco meses, Abigaíl corría de un lado a otro, mientras que Blair se preguntaba si había una manera de poder controlar tanta felicidad.No había duda que estaba muy emocionada, más cuando su hija se detuvo y observo a su madre con mucha ilusión, una que no había forma de controlarla.--¿Crees que me veo tan linda como tú? ¿O que en el futuro llegaré a verme como tú?Blair sonrió divertida ante la pegunta de su hija, en lo que tomo su mano y la acerco a ella, arreglo un poco su vestido esponjado y la pequeña trenza llena de flores que tenía en su lacio y rubio cabello.Su flequillo estaba hecho un desastre, mientras que definitivamente pensó que, de no quedarse quieta, sería un completo desastre el peinado que habían elegido para ella.--Sin duda serias aún más hermosa en el futuro, la mujer más preciosa que he visto en mi vida, todos los hombres se detendrán ante ti y querrán entregarte el mundo.Abigaíl sonrió llena de dicha ante las palabras de sus palabras, e
Último capítulo