Vanessa
Me levanté de golpe de la cama al sentir unas náuseas horribles. Corrí al baño y me incliné sobre el inodoro, vomitando con fuerza hasta sentir el sabor amargo de la bilis quemándome la garganta.
Respiré hondo, intentando calmarme. Me lavé la cara y decidí darme una ducha. Pasé más de media hora sumergida en la bañera, como si el agua pudiera arrastrar todo lo que sentía. Al salir, me puse el albornoz y me detuve un momento frente al espejo del lavabo.
—¿Por qué luzco tan deplorable? —murmuré para mí misma.
Secándome, me puse la ropa interior, un poco de crema hidratante, desodorante, y luego elegí un pantalón de cuero con una camisa también de cuero. Me peiné dejando mi cabello a un lado. Miré la cama con ganas de volver a acostarme, pero recordé que mi esposo había salido de madrugada con Dominic hacia un condado cercano. Yo debía quedarme aquí con Shiory, aunque ella me había dicho que hoy iríamos a entrenar en una montaña cercana.
Salí de la habitación con desgano, el estó