CAPÍTULO 49

Dorian

Mientras Dominic, Gregorio y yo observábamos desde la distancia la isla donde se escondía aquel desalmado, el teléfono de Dominic comenzó a sonar. Él me entregó sus lentes sin apartar la vista de la pantalla, contestó con voz entrecortada:

—No te escucho… ¿dónde estás? —gritó, cada vez más preocupado.

La llamada se cortó. Intentó devolverla, pero ya no entraba señal. Gregorio y yo nos miramos, y lo único que salió de nuestros labios fue un seco:

—Maldita sea… algo está pasando.

El rostro de Dominic se descompuso en segundos, sus manos temblaban, pero no por miedo, sino por rabia. Sacó un pequeño dispositivo de su chaqueta, lo encendió y la pantalla mostró un punto rojo parpadeante.

—Es el localizador de mi esposa… —dijo con voz ronca—. Está siendo atacada. Debemos irnos ya.

El silencio me atravesó el pecho como un cuchillo. Pregunté sin poder controlar la ansiedad:

—¿Y Vanessa? ¿Dónde está Vanessa?

—No lo sé —me respondió Dominic con los ojos vidriosos—. Creo que estaba con ell
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP