Dorian
Me desperté en una niebla de angustia: débil, cansado, con el corazón golpeando en mis oídos como si quisiera salirse del pecho. El único pensamiento que me atormentaba era una idea absurda y enloquecedora —¿y si Vanessa me ha traicionado? Si realmente ella sabia que era Rosabella —. Me odié un instante por pensarlo. Como pensar eso, si ella ni siquiera queria casarse conmigo en aquellos meses atras. Prácticamente tuve que amenzarla, todo fue a la fuerza. Si eso hubiese sido verdad, ¿ya se habría ido de mi lado hace tiempo? Aun así, la sospecha no me soltaba... era como un huracán sin querer detenerse.
La voz de Dominic me llegó, firme, como un puñetazo.
—Tienes que luchar por el amor de tu vida, no pienses en otra cosa. Deja tu duda aún lado—. Sus palabras me retumbaron, pero mi rostro se quedó vacío al imaginar cómo podría enfrentarla después; ¿cómo mirarla a los ojos si las dudas me consumían? Quizás ella estaba sufriendo, quizá esperaba que yo apareciera… debía hacer algo.