Aquí tienes el capítulo completo desde la perspectiva de Freya, siguiendo la línea emocional, política y de conflicto interno que la historia lleva hasta ahora:
El estruendo del relámpago me hizo abrir los ojos de golpe. La luz blanca cruzó el cielo, filtrándose por las cortinas pesadas de mi habitación. El viento silbaba con fuerza, colándose por la ventana que olvidé cerrar. Me levanté con rapidez, con los sentidos aún medio dormidos. Cuando me acerqué para cerrarla, vi movimiento en los jardines, justo en la entrada principal del castillo.
Betas... y entre ellos, Leif.
Mi corazón dio un vuelco. Bajé la mirada para asegurarme de que no alucinaba. Pero no, ahí estaba. Solo que... no era el mismo que se había ido.
Estaba mal. Su cuerpo maltrecho, arrastrado casi por los betas, con heridas visibles en la cara, la ropa desgarrada y la piel manchada de sangre y tierra. Me puse una bata de seda encima de mi camisón y bajé las escaleras a toda prisa, sin importarme nada más.
Caleb ya estab