El pasado había vuelto, y muy pesado. Pero la familia no iba a permitir que les arrebataran su felicidad, Valentina confesó todo y la seguridad para los trillizos se dobló.
El hermano había vuelto con la intención de volverse rico a costillas de su hermana y no le importaba llevarse entre los pies a sus sobrinos. Y es que, Eladio nunca le ha perdido el rumbo a Valentina. Siempre ha sabido cada paso que ella daba, y no era que estuviera preocupado, sino que, esperaba el momento perfecto en el que su hermana se convirtiera en millonaria para él aparecer y reclamar su compensación.
—Pensé que mi hermano me pediría perdón cuando nos volviéramos a encontrar—. Sollozó.
—No te preocupes. Si él ha decidido traicionarte, estoy seguro de que no va a parar hasta destruirte y lograr lo que quiere.
—Tengo miedo.
—Estoy a tu lado. No te va a pasar nada a ti, ni a nuestros hijos.
Él le dio un beso en los labios.
—¡Papá! Vayan a la habitación si se quieren besuquear, no lo hagan frente a nosotros.
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