Ella continúa hablando a solas.
Prometiste que regresarías con bien, espero que cumplas tu promesa. Eres la única persona a la que le he cogido cariño después de la muerte de mis padres, no sé qué será de mí, si te pasara algo. ―Ruega y llora como rio desbordado que está a punto de causar estragos con sus aguas.
―¡Señorita!, ¡Señorita Delmis, venga aquí, ahora mismo!
Gritan desde afuera.
―¿Qué son esos gritos? Oh, no, debe ser algo malo, no puedo dar un paso, mis piernas no tienen equilibrio. ¿Qué me pasa? Estoy temblando.
―Señorita, tenemos noticias del oficial Amaya, venga con nosotros. ―Dijo el hombre. Al ver que ella no actúa, la tomó del brazo y la ayudó a llegar hasta el auto para posteriormente marcharse los tres.
―Le ha pasado algo a Dennis, ¿verdad? Díganme lo que sea, seré fuerte, lo prometo.
Ella estaba a punto de llorar. Era tanto el alboroto que aquellos hombres estaban haciendo que lograron confundirla y atemorizarla.
―La llevaremos a la clínica, allí se encuentra él.
―