CAPÍTULO 28 – Bajo la Luna Silente
Tao caminaba con paso firme hacia la cabaña de Kerana, con el ceño fruncido y el corazón latiendo más rápido de lo que le gustaría admitir. Habían pasado varios días desde que la había visto y no dejaba de pensar en ella, en el pánico de aquella tarde en la cabaña de la zona norte y en lo cerca que había estado de encontrarla.
Golpeó la puerta suavemente.
— ¿Kerana? —llamó, procurando que su voz sonara tranquila.
Desde el interior se escuchó un leve movimiento, y segundos después la puerta se abrió. Kerana apareció ante él, vestida con una túnica clara que caía hasta sus pies descalzos. Aún se veía algo pálida, pero sus ojos estaban más vivos que antes, y su aroma dulce, aunque tenue, volvía a envolverlo.
— Tao —dijo ella con una sonrisa débil—. No esperaba verte hoy.
— Tenía que asegurarme de que estuvieras bien. —Su mirada recorrió su rostro, buscando rastros del sufrimiento reciente—. ¿Puedo pasar?
Ella asintió y se hizo a un lado. La cabaña estab